Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 09/02/08
http://www.larepublica.com.pe/content/view/203319/28/
Juan Gonzalo Rose (Tacna, 1928 - Lima, 1983) es uno de los pocos poetas peruanos –de la llamada generación del 50– que alguna vez llegó de manera masiva al gusto popular. Y no precisamente por sus poemas como tal, sino por sus canciones (valses como "Tu voz"), que eran interpretadas en festivales de verano, entre otros cantantes, por Tania Libertad.
Pero Rose fue sobre todo un poeta de poesía firme, tierna, sabia, amorosa y contestataria. Un poeta incómodo para la dictadura, en el año 50 fue perseguido y exiliado en México. Pero su dimensión humana también, cómo no, incluía flancos, por ejemplo, terminó devorado por secuelas de la bohemia.
A propósito de la reciente reedición de Obra poética, realizada por el Instituto Nacional de Cultura y que reúne poemas escritos hasta 1976, preguntamos a dos reconocidos críticos peruanos, Abelardo Oquendo y José Miguel Oviedo, cuán vigente está la poesía del recordado autor de Canto desde lejos y Las comarcas, entre otros poemarios.
En esta reedición lleva el prólogo de la poeta y profesora universitaria Esther Espinoza quien comenta los libros incluidos en Obra poética (Canto desde lejos, Simple canción, Las comarcas, Informe al rey y otros libros secretos, Hallazgos y extravíos, Cuarentena y Peldaños sin escaleras).
Sobre esta reedición también habría que advertir que se han incluido nuevos poemas a la edición de 1976 bajo el título de "Canciones", y reúne textos del libro Poesía, publicado por Editorial Colmillo Blanco, en 1990.
Para terminar, bien vale recordar algunos rasgos de la poesía de Juan Gonzalo Rose: su sapiencia luminosa, cuando en el poema "Machu picchu" dice "(...) Para mirar mi vida/ y no por contemplarte,/ porque necesitamos/ menos belleza, Padre, y más sabiduría".
Pero el poeta también celebró el amor, leamos los siguientes versos: "Yo recuerdo que tú eras/ como el agua que beben silenciosos los ciegos,/ o como la saliva de las aves/ cuando el amor las tumba de gozo" ("Marisel").
Pero también está el poeta en ristre, el contestario no despojado de ternura y melancolía: "Año nuevo en la sangre de los asesinados/ Año nuevo en la sala de tortura/ y en el ojo del hombre prisionero/ (...) No tienen año nuevo los pueblos como el mío:/será nuevo el paisaje, pero la misma ausencia;/ será pañuelo nuevo, pero la misma lágrima;/ será nueva la mortaja, pero distinta muerte. ("Salutación").
OPINIÓN
José Miguel Oviedo (Crítico literario)
Sencillo, sin caer en lo trivial
En el fondo, Rose era una especie de trovador moderno, un romántico aventurero que sabía celebrar la belleza de la vida o quedar traspasado por su melancolía y tristeza. Vivió y escribió casi al margen de toda pretensión intelectual. Esto, más sus frecuentes desapariciones en búsqueda de lugares exóticos para calmar la sensualidad e inestabilidad de su espíritu vagabundo, explica que pasase un poco desapercibido entre sus compañeros de la generación del 50. También es cierto que solo en su cuarto libro, Las comarcas (1964), alcanzó el pleno dominio de su propia voz.
Hoy resulta más fácil apreciar que estaba dotado con un natural don para el ejercicio de la poesía, lo que le permitía ser elegante sin parecer rebuscado o ser sencillo sin caer en lo trivial. Sus versos suelen crear una seductora línea melódica que resuena en nosotros como algo a la vez familiar y novedosa. Y cuando usaba la prosa mostraba una poderosa imaginación para elaborar fábulas de extraña belleza sobre mundos legendarios, antiguos o de ensueño.
El lector puede comprobarlo revisando el volumen Obra poética, que acaba de ser reeditado, y Las nuevas comarcas (2002), hermoso libro que recopila la porción más madura de su producción, aunque la organización del material que el autor dejó disperso al morir no sea muy clara.
EL POETA EN LA BALANZA
Para opinar con un mínimo de seriedad sobre la vigencia de una obra poética se requiere conocer no solo el movimiento editorial y librero en torno de esa obra sino también si hay un rastro perceptible de ella en la poesía joven. Esto es más decisivo que la producción de trabajos académicos sobre el autor, sin dejar de ser esta un factor a tener en cuenta.
Como no estoy suficientemente informado sobre todo esto en lo que se refiere a Juan Gonzalo Rose, solo puedo acudir a las encuestas sobre preferencias literarias hechas el año pasado en el país: la de Hueso húmero y la del Espacio Azul Norte Poético-Narrativo. En la primera Rose no figura ni entre los 10 poetas preferidos ni entre quienes fueron mencionados por más del 10% de los encuestados. En la otra ocupa el 4º puesto en las preferencias. El universo de la 1ª fue de 103 participantes, el de la 2ª de 3,479. De acuerdo a esto último cabría decir que Rose es un poeta vigente, pero no puede desconocerse que la acreditada aunque minoritaria gente de letras que participó en la encuesta de Hueso húmero parecería pensar de otro modo.
Es todo lo que puedo decir, pues la vigencia no es cuestión de opiniones sino de comprobaciones.