Redescubriendo el pasado

Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 30/12/07
http://www.expreso.com.pe/edicion/index.php?option=com_content&task=view&id;= 15481&Itemid=37

El sello Alfaguara ha publicado “Retro”, segunda novela del director del noticiero “Primera Edición” de América Televisión.

–¿Cómo te interesas por la literatura? ¿Cuáles son tus lecturas iniciales?
Desde muy chico. En mi casa todos leían, un poco menos mi padre. Me encantaban los comics sobre superhéroes.
Recuerdo que mi hermano un día se apareció en casa con un libro: “El extranjero”, de Albert Camus, ese fue mi primer libro y desde ese día empezó mi cariño por la literatura. Luego fue “Un mundo feliz”, de Aldous Huxley. Gracias a mi hermano descubrí mi interés por la lectura y por escribir. Él llevaba libros a la casa y yo se los gorreaba siempre.

–Has empezado a publicar pasando los cuarenta años. No perteneces ni a la generación del sesenta, ni del setenta y menos a la de ahora, ¿cómo te sientes?
No formo parte de ninguna generación, ni de la bohemia actual o pasada. No conozco mucho a los jóvenes escritores y apenas conozco a algunos escritores de mi edad. Me siento en el aire en cuanto a lo de las generaciones, pero no es algo que me preocupe sinceramente. Más bien me da mayor libertad.

–¿Y por qué publicas tan tarde?
He escrito desde muy joven, pero siempre he creído que hay que ser bien atrevido para publicar. El atrevimiento me ha llegado a esta edad y estoy contento de realizar algo que quise siempre.

–Hablemos del libro, ¿cómo nace la idea de “Retro”?
Hay un detonante para la novela: un hecho real que es la escena del suicidio, el cual copio tal cual de la realidad. Un día hace veinte años, trabajando en televisión, me encontré con un cable de Inglaterra que contaba este suicidio al que nadie le dio importancia. La imagen del cable se me quedó grabada de manera muy fuerte en la cabeza y siempre supe que podía escribir una buena historia alrededor de ella. El resto es pura ficción que no sé de dónde pude imaginarlo.

–¿Y qué piensas del suicidio? ¿Lo has intentado?
Es una idea que en algún momento la pensé bastante, pero no con la intención de cometerla, sino como una puerta más que está ahí presente, como una búsqueda o una curiosidad. Nada más. Creo que se necesita mucho valor para llegar a suicidarse. En lo personal, no he tenido motivos como para realizarlo, pero si llegara a esas instancias sé que me moriría de miedo y no creo que lo llegaría a hacer.

–La mirada y revisión del pasado es la constante en tu libro, ¿cuál es tu concepción del pasado?
Mi personaje principal tiene una mirada recelosa del pasado y hurga en el de su amigo para ajustar cuentas y de paso ve cosas que en él mismo han cambiado con el paso del tiempo. Hay dos ideas centrales que manejo. Primero, el pasado siempre te rinde cuentas, aunque no lo quieras; y, segundo, el pasado lo reinventamos nosotros día a día, según como queremos recordar las cosas. Y es así como la investigación del suicidio va cambiando el futuro.

–En cuanto al texto en sí, usas párrafos demasiado largos, lo cual no facilita la lectura. Creo que deberías emplear el punto aparte…
Odio el punto aparte. No me gusta y no lo uso. Es una decisión personal. El párrafo largo me permite comprimir pasajes de la historia en bloques que desarrollen una idea de la novela. Y esa es la estructura que hay en todo el libro. Además, está la intención de que la novela se lea de manera rápida.

–Lo que dices funcionaría si en el párrafo no hubiera tantos puntos seguidos, los cuales frenan y frenan la acción, ¿por qué no usas más las comas y los puntos y comas?
Pero por ahí hay unas cuantas comas. (Risas). Es mi manera de trabajar el párrafo. Es un estilo que utilicé en mi anterior libro (“Siete pelícanos”) y en el nuevo que ya terminé, y que está en fase de corrección. Para mí el texto funciona bien tal como está.

–Igualmente te recomiendo que uses más la coma y el punto aparte…
Me siento cómodo escribiendo así, pero voy a tener en cuenta tus comentarios, pero será para mi cuarto libro.