Max Palacios
“Aprendí de los minimalistas” “Aprendí de los minimalistas”

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 18/11/05

En sus cuentos reaparecen, transfiguradas, recreadas, las situaciones que viven los personajes de Lolita, la gran novela de Vladimir Nabokov. Como lei motiv, el narrador Max Palacios en su reciente libro, La culpa la tiene Nabokov, toma como tema, con distintas variaciones, los amores de un adulto hacia una adolescente. Historias que Palacios cubre de sombra, soledad, angustias y con el sabor amargo del amor fracasado.
 

–¿Desde cuándo tiene devoción por Nabokov?
–Esa devoción me viene desde pequeño, pues lo leí cuando tenía trece años. Abordé su novela Lolita no con juicios morales, sino como un canto al amor, pero el amor encaminado hacia el fracaso. Uno sabe que ese tipo de amores no terminan bien. Desde entonces me quedé fascinado por ese mundo nabokoniano.

–Casi todo tu libro, como diría Ribeyro, está signado por la tentación del fracaso.
–Un día le decía a Alonso Cueto que todos los personajes de la literatura peruana son personajes fracasados. Y él estaba de acuerdo conmigo. Después leí de Vargas Llosa que la felicidad no es buena para la inspiración en la literatura. Si eres y estás feliz no eres un buen personaje y tampoco es un buen tema. Los escritores siempre escriben sobre lo terrible que puede resultar la sociedad para un creador. Escribe por descontento.

–Si bien hay una visión del fracaso, tus recursos verbales a veces resultan muy líricos para la historia que narras. Te cito el cuento ‘Diario de la ausencia’.
–Lo que pasó en los 90 con los narradores jóvenes es que escribían con mucha vitalidad, pero descuidaban el lenguaje. Lo digo también por mi primer libro, Con el diablo adentro.

–El problema no es el lirismo en sí. El problema está cuando el lenguaje, en el cuento que hablamos, no alcanza a expresar la situación o dimensión dramática de la historia.
–Ese cuento lo escribí encaminado a lograr un lenguaje poético. Utilicé ese lenguaje como una herramienta para crear una atmósfera que le trasmita al lector una sensación de soledad, melancolía.

–En otros cuentos, como en Crónico, el lenguaje se afiata. Terminas con una frase que sugiere un suicidio: “Un disparo ilumina parte de la habitación”.
–La intención es esa, buscar un lenguaje adecuado para alcanzar otros niveles expresivos.

–¿Crees que el minimalismo se ha convertido en una fórmula fácil, muy socorrida por los escritores jóvenes?
–Me considero un gran lector de los narradores minimalistas norteamericanos. Aprendí de ellos. Por eso estoy convencido de que más que narrar lo que debe hacer un escritor es mostrar y sugerir situaciones.

–Insisto, ¿el minimalisno es una fórmula muy socorrida y no siempre con mucha suerte entre los narradores jóvenes?
–En mi caso te digo que no. No sé si todos los narradores jóvenes hayan leído a los autores minimalistas. Yo sí he hecho una lectura atenta de esos narradores. Ahora, que otros narradores utilicen el pretexto del minimalismo y hacen una literatura simplista. Esa es otra cosa, y hay quienes así lo hacen. En mi caso he tenido una formación de clásicos, de modernos y contemporáneos. Es decir, he leído, pero también he vivido y tengo sobre qué escribir.
 
Perfil

Nombre.
Max Palacios
Nacimiento. El narrador nació en Chiclayo, en 1972.
Obras. Anteriormente ha publicado la novela Con el diablo adentro (2001) y el libro de cuentos Amores bizarros (2003).

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