Miguel Gutiérrez
"La migración espera al gran escritor"

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 26/07/05

Escritor señala que la realidad andina y el surgimiento de una burguesía están dando señales para una nueva narrativa. Asimismo, pide debatir sobre temas y no caer en lo subjetivo.
 
-Luego de un silencio de 20 años, volviste a publicar. ¿Eso fue retomar tu vocación de escritor?
-Sí, porque en un momento tuve que tomar una decisión importante en el sentido de cuál es el quehacer de vida. Lo dije en una oportunidad, no se puede servir a dos poderes, a dos dioses, a dos amos, como quieran llamar a lo que es la cuestión política y la literaria. Asumí por lo que era mi vocación más interna, la de ser novelista. Las circunstancias de nuestro país eran terribles y me llevaron también a incursionar en la política, de la cual no me arrepiento.
 
-¿En algún momento pensaste que la política acabara con el escritor?
-No. No publiqué, pero nunca dejé de escribir. Siempre estuve tratando de adecuar mi escritura a mi pensamiento ideológico. Me propuse muchas historias que no pude concluir por las razones antes dichas.
 
-Luego publicaste una novela extensa, ''La violencia del tiempo".
-A eso iba y explica su gran extensión. Con esa novela encontré un marco para incorporar una serie de historias que bien podrían ser novelas independientes.
 
-O sea, La violencia... es acumulativa..
-Sí, salvando las distancias, me doy cuenta de mi deuda a la gran tradición cervantina. A raíz de un artículo que escribí como homenaje a Cervantes, me di cuenta de esa gran deuda que yo creía no tenerla. Además del modelo flaubertiano, que es el que se ha impuesto, hay otra forma, la cervantina, en el sentido que es abierta, en las que hay novelas dentro de la novela. 
 
-En tus novelas opera un realismo crítico. ¿Tu narrativa busca el compromiso con nuestro país?
-Un autor va a sobrevivir de alguna manera si en el lenguaje del arte sabe interpretar a su país y su época. Creo que esa es la aspiración de todo novelista. Yo intento encarar los problemas fundamentales del país a través de mi escritura. Hay dos grandes temas, la formación de la conciencia de los peruanos y el otro, los hombres frente a los acontecimientos históricos. Desde mi primer libro, El viejo saurio se retira, ya hay esa temática. Pero eso sí, el novelista debe escribir como novelista, como artista, esa es su tarea.
 
-Hay sobre la mesa dos conceptos en debate: los escritores criollos y los escritores andinos. ¿Así se divide la narrativa peruana?
-Yo no creo. En todo caso los llamados escritores andinos deberían exponer más sus puntos de vista. Yo pienso que no existe dualidad irreconciliable. Creo que, para no caer en lo subjetivo, se debería definir antes qué cosa es lo criollo. Discutir los temas. Para mí, la nueva realidad andina creo que está dando lugar a una nueva narrativa andina. El mundo andino ya no es el mundo arguediano. Ahora podemos hablar de una novela urbana-andina. Y además existe, aparte del fenómeno de la migración, el surgimiento de una burguesía andina.
 
-¿La migración es un gran tema latente?
-Hay atisbos interesantes, pero creo que todavía no ha salido el escritor que con lenguaje moderno traduzca ese mundo extraordinario. La migración está cambiando los hábitos, el lenguaje, la música. Se imponen valores de una burguesía andina, lo cual tampoco es malo. Es más, como vienen de abajo, es una burguesía nacionalista, me parece. Pero es una burguesía que pagan salarios precarios. Constituyen también un poder. Yo creo que ese tema está esperando quien interprete ese mundo.
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