Por Abelardo Oquendo
Fuente: La República, Lima 24/01/06
Estos primeros años del siglo XXI han sido pródigos en centenarios de notables escritores peruanos. Unos se han celebrado mejor que otros pero ninguno tan desmerecidamente como el de José Diez-Canseco, pese a ser uno de los que más contribuyó a la renovación y modernización de nuestra narrativa. Si el 2004 no recibió los honores que le correspondían, el 2005 obtuvo en compensación el más grande que un narrador cuyos textos no se los han disputado las editoriales puede recibir: la publicación, por partida doble, de su narrativa íntegra.
A mediados del año pasado apareció, en la Colección Obras Esenciales de las Ediciones del Rectorado de la PUCP, recopilada en dos volúmenes, la Narrativa completa (así se tituló) de José Diez- Canseco. La edición, el prólogo y la cronología se debieron a Valentín Gianuzzi. Y a fines de ese año Amaru Editores dio a la luz, en un tomo de formato mayor, el conjunto de novelas y cuentos del mismo autor, bajo el título de Obra narrativa completa. Esta vez la edición y el estudio preliminar estuvieron a cargo de Tomás G. Escajadillo, conocido estudioso de la obra de Diez-Canseco.
En lo que a la narrativa de Diez-Canseco concierne ambas ediciones ofrecen casi lo mismo, con ligeras variantes pero similar solvencia en la fijación de los textos. Escajadillo, debe mencionarse, aporta dos relatos inéditos: "Mi primera jarana", breve, y "Espejos cansados", novela corta a la que se refiere como "la mayor sorpresa de esta edición (...) encontrada en mi última revisión del archivo del escritor". El original está fechado en "París, noviembre, 1933".
Es curioso que en un medio donde los esfuerzos editoriales de rescate de la obra entera de un autor son infrecuentes, dos de ellos se den casi simultáneamente y recaigan sobre una misma obra. O, más que curioso, significativo de la revaloración de un escritor, si se tiene en cuenta que el año de la muerte de Diez-Canseco se tuvo el propósito de reunir sus escritos y apareció el primer tomo de unas Obras completas que no pasaron del segundo, publicado en 1951. El tomo 1 incluyó una antología hecha por César Miró (Lima: coplas y guitarras) y el 2 las Estampas mulatas, el libro más reeditado del autor (en 1973 alcanzó su 7a. edición). La novela Duque tuvo cuatro (1934, 1937, 1973 y 2000). El Mirador de los Ángeles y Las Urrutia se publicaron en un solo volumen por el INC en 1974. Si se exceptúa la edición de Duque hecha por Adobe (2000), ningún libro de Diez-Canseco se reeditaba desde 30 años atrás. Ausente de las librerías, fuera del mercado, estaba en riesgo de entrar en el olvido. Hay que celebrar, pues, que a un siglo de su nacimiento un buen narrador como José Diez-Canseco vuelva a estar al alcance de los lectores y estos tengan dos ediciones de su narrativa íntegra para elegir.