Antonio Cisneros
"Creo que me he vuelto un viejo melancólico"

Por Francisco Estrada
Fuente: Peru21, Lima 07/12/05

Antonio Cisneros (Lima, 1942) es el poeta peruano más traducido después de Vallejo. Desde sus primeras obras, con tan solo 18 años, su poesía ha sido ampliamente reconocida. Sin embargo, desde Las inmensas preguntas celestes (1992), el escritor no publicaba un solo poemario. Luego de un largo silencio, regresa con Un crucero a las islas Galápagos (Nuevos cantos marianos).
 

¿Escribió poesía desde 1992?
Después de haber publicado muchos libros, de mal que bien haber sido reconocido, premiado, de haber sido profeta, dentro y fuera de mi tierra, ya no tenía la necesidad de publicar por publicar, ni de demostrarle a nadie que sé escribir, porque eso ya todos lo sabemos. Yo nunca me hecho paltas por no escribir, y hay que saber cuándo la poesía merece ser escrita (y en todo ese tiempo no lo hice). Por eso, mi intención era hacer algo importante, para mí en todo caso, y distinto.

¿Cómo nació este libro?
Digan lo que digan, así suene romántico, la inspiración existe y es el punto de partida de toda poesía. Esa es la chispa que, de algún modo, transforma lo cotidiano en algo especial. Y hace poco me tocaron la chispa y la musa (estuve mucho tiempo sin hacerle caso a la musa, lo que es muy peligroso porque se ofende y se va, pero, por fin, ya le atraqué). Este libro lo escribí en solo seis meses, aunque probablemente ya estaba elaborándolo en el inconsciente.

¿Cómo lo describiría?
Es una poesía de atmósfera que no nació a partir de un tema o una imagen. Es una atmósfera con un color melancólico, ámbar. Creo que me he vuelto un viejo melancólico.

¿Puede un poeta escribir sobre experiencias que no ha vivido? El sentimiento que hay en 'El viaje de Alejandra', donde habla de su hija, es muy fuerte.
En la poesía no se pueden ficcionar los sentimientos. Por eso creo que la narrativa no alcanza la intensidad que se logra en la poesía, donde el poeta es el objeto y el sujeto del poema. Así como la narrativa tiene la obligación de, por lo menos, entretener, la poesía debe conmover. Y eso no se logra a través de 'químicas', de técnicas que permitan parecer: el poeta 'es'.

En este libro también hay humor..
Evidentemente no tiene la cantidad de ironía que acostumbro poner, pero no puedo evitar el humor. No hay nada más idiota que la solemnidad.

¿Cómo aparece la carga filosófica?
La poesía transmite efectos sensoriales, pero también el conocimiento del propio poeta, porque cuando comienzas a escribir no lo tienes todo planificado y no sabes cómo las palabras terminarán llamando a las palabras. A diferencia de la narrativa, la poesía siempre revela. Si no se logra eso a través de las palabras, caemos en la retórica.

¿A la distancia, cómo analiza su obra?
Algunos poetas, cuando publican su obra completa, como José Emilio Pacheco, la corrigen. Yo no lo hago porque creo que hay varios Antonios Cisneros. El joven que estaba convencido de su inmortalidad, el que luego se casó, se divorció, el que tuvo hijos. a todos los respeto. Son distintos y el mismo: solo tienen en común la libreta electoral.

Boletín semanal
Mantente al tanto de las novedades ¿Quieres ver nuestro boletín actual?
Ingresa por aquí
Suscríbete a nuestro boletín y recibe noticias sobre publicaciones, presentaciones y más.