Grecia Cáceres
Sueños de fotonovela Sueños de fotonovela

Por Giancarlo Stagnaro
Fuente: El Peruano, Lima 08/08/07

Contados con los dedos de una mano son los autores peruanos que se arriesgan con el melodrama. En realidad, por toda esta profusión de los subgéneros literarios en los últimos años, deberían aparecer en el panorama literario nuevos especímenes que abarquen subgéneros tan elogiados por el mexicano Carlos Monsiváis y practicados por Mario Vargas Llosa.

Por eso, la irrupción de los subgéneros alienta la diversidad de la literatura peruana de cara al siglo actual. Para la escritora Grecia Cáceres es una señal positiva que, sin embargo, aún es vista de manera indiferente por los círculos literarios locales, no obstante la buena acogida que esgrimen novelas como Travesuras de la niña mala, de estructura melodramática a todas luces.

“En la literatura peruana tenemos –no diría grandilocuencia– ideales muy altos de la literatura y la novela total, de reflejar un mundo. Los subgéneros son vistos con avidez, resquemor y atracción. La novela rosa, la sentimental, la fotonovela, la radionovela, ese universo femenino sigue teniendo una lectura más ligera.”

Cáceres acaba de publicar La vida violeta (Estruendomudo, 2007). Una secretaria, Violeta, vive en la Lima de mediados del decenio de 1960, durante el primer gobierno de Belaunde. Su rutina es leer fotonovelas, género sumamente popular en la época. Llega a internalizar tanto su lectura que comienza a interpretar su entorno como si participara en estos dramas fotografiados.

“Para mí, los sesenta son fotonovelas. Me basé mucho en las imágenes fotográficas de la época y también recuerdos. Por ello, juego con la fotonovela de manera caricaturesca: lo bueno, lo malo, lo bonito, lo feo, la historia de amor, los finales felices... Es el imaginario de la época.”

“Personaje ojo”

La vida violeta está ligada a los colores de la ciudad, en una atmósfera de optimismo y apertura. “En cierto modo, predomina la visión inamovible de la sociedad. La secretaria está en un lugar que a ella le satisface. Su hija es problemática. Ella no accede a la persona que quiere, porque hay una diferencia; digamos que la pareja ideal no es tan ideal.”

En ese sentido, Cáceres juzga que Violeta es su personaje definitivo, un “personaje ojo” que se alimenta de la vida de los demás. “No me voy a los grandes eventos, pero se sienten en la interacción entre la sociedad y la vida interior. Violeta no se considera central, sino subalterna, y lo vive muy bien, pues le gusta ser testigo pasivo. En un momento dado, ella advierte que está en el centro de la intriga."

Desde la distancia –Cáceres radica en Francia–, la autora de La vida violeta cree en la ampliación de espacios para ficciones privadas. “La literatura con grandes ideales da paso a una novela sentimental, más intimista. Lo que era la literatura epistolar, hecha por mujeres en Europa y Francia, ha sido apropiada por la literatura general. Ese lado me atrae mucho.”

5 datos clave sobre Grecia Cáceres

1.- Nació en Lima, en 1968. Estudió lingüística y literatura en la PUCP. Ha cursado estudios de doctorado en París y Saint-Denis (Francia).
2.- Es miembro de la promoción poética de la década de 1990. Su primera novela es La espera posible (1998) y se ambienta en las primeras décadas del siglo XX.
3.- Su tercera novela, aún en original en francés (Fin d'après-midi), se ambienta en los decenios de 1980 y 1990.
4.- La vida violeta se publicó originalmente en francés durante 2003. “De las tres novelas que he publicado en Francia, ésta es la que más ha gustado.”
5.- Lleva a cabo una cuarta obra con el auspicio de una beca del Gobierno francés. También colabora con diversas publicaciones y continúa escribiendo poesía.
 

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