La frustración de un escritor

Por Yolanda Vaccaro
Fuente: El Comercio, Lima 30/10/05

El escritor peruano habla sobre el "monstruoso crecimiento" de la piratería en el Perú. Pide que se erradique la corrupción y la impunidad que lentamente destruyen la actividad editorial
 

Madrid. "En una ocasión me detuve con mi automóvil en un semáforo y los vendedores ambulantes me preguntaban para cuándo tenía previsto sacar mi próximo libro, con el fin de piratearlo. También me ocurrió en una situación similar que otro vendedor, que esta vez no me reconoció, intentó venderme mis obras completas pirateadas". Son anécdotas que narró en Madrid el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique al inaugurar un seminario internacional sobre Derechos de Autor y Acceso a la Cultura organizado por el Centro Español de Derechos Reprográficos y por la Federación Internacional de Entidades de Gestión de Derechos de Reproducción.

Bryce Echenique recordó el "clima corrupto" que existe en torno a la piratería editorial en Perú donde recientemente han caído tres grandes capos de la policía relacionados con este delito. "Mi país se ha convertido en uno de los principales exportadores de libros piratas a otros países de América Latina", comentó. La piratería en Perú, recordó, bate todos los récords pues por cada libro que se vende legalmente hay seis o siete ejemplares pirata.

Entre la frustración y la fina ironía, Bryce puso sobre el tapete lo que llamó "el monstruoso crecimiento" que la piratería editorial ha experimentado en el Perú. Comenzó su intervención leyendo una carta abierta de su editor peruano, Germán Coronado Vallenas, firmada en julio pasado con motivo de la celebración de la Feria del Libro de Guadalajara. En la misiva Coronado se lamenta de que la piratería "campee impune en calles y plazas llevando a la quiebra a las editoriales". También critica que la voceada Ley del Libro peruana siga siendo letra muerta. Y no se muerde la lengua al referirse al presidente Alejandro Toledo quien, dice, "no ha pisado jamás durante su mandato la Feria Internacional del Libro de Lima y no se interesa por el libro peruano". Y añade: "El Estado no dota con libros nuevos a las bibliotecas públicas y cada vez hay menos librerías".

Entre las propuestas que a juicio de Bryce se podrían emprender para atajar esta sangría cultural se encuentran el desarrollo de campañas de educación ciudadana, la divulgación de la protección de las obras de la reprografía no autorizada y el establecimiento de un régimen de remuneración por copia privada para los autores afectados.

También propone crear una base de datos que permita reconocer a los individuos implicados en la piratería y su tráfico y cuyos datos figuran en centenares de expedientes que obran en manos del Ministerio Público Peruano, la Policía Nacional y el Poder Judicial. También pide que la policía desarrolle acciones sistemáticas de represión de este delito y que las dos Fiscalías de Prevención del Delito Especializadas en Asuntos Aduaneros y de Propiedad Intelectual investiguen los delitos contra la propiedad intelectual.

Finalmente Bryce recuerda que hasta ahora ninguno de los denunciados por piratería de libros ha sido condenado a purgar carcelería por su delito por lo que solicitó a los jueces peruanos que de una vez por todas "apliquen la ley con rigor".
 
Los datos
- En el seminario en el que participó Bryce Echenique, Carme Chacón, vicepresidenta del Congreso de los Diputados Español, señaló que la protección de los derechos de los autores es un derecho "antiguo y consolidado" y que "armonizar este derecho con el del acceso a la cultura de los ciudadanos debe condicionar cualquier política cultural".

- En el Congreso Español se debate la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual que se ha quedado desfasada frente al importante aumento de la piratería que también afecta a países del primer mundo. En España no hay piratería de libros, pero el 40% de los CD de música que se venden en este país son piratas. Un CD legal cuesta alrededor de 24 euros mientras que en el mercado ilegal se puede pagar entre uno ó dos euros por una copia pirata.