Sandro Bossio
Llantos en la oscuridad<br>Un lamento por la posmodernidad Llantos en la oscuridad
Un lamento por la posmodernidad


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Fuente: Identidades Nº 84, Lima 9/05/05

La novela El llanto en las tinieblas, de Sandro Bossio, Premio BCR de Novela en 2001, suscita la intertextualidad con otro escrito ambientado en la época colonial: Del amor y otros demonios, de Gabriel García Márquez. A la luz de este enfrentamiento, repasamos la discusión modernidad-posmodernidad que alentaron varios pensadores occidentales en las tres últimas décadas.*
 

La crítica especializada, al comentar sobre El llanto en las tinieblas, de Sandro Bossio Suárez, con mucha certeza, e indudablemente muy meritoriamente, ha puesto especial énfasis en el elemento lingüístico. Sin embargo, esta crítica ha dejado de lado los aportes que la novela ofrece al debate entre lo moderno y lo posmoderno planteado en Del amor y otros demonios de Gabriel García Márquez.

Bossio Suárez continúa este debate y, a la misma vez, nos deslumbra con un relato fantástico oculto bajo una bellísima y muy triste historia de amor, en el que se codifica el conflicto entre el saber y la fe, en un entorno donde priman los valores humanísticos modernos. Esta materia se convierte en la cuestión central de la obra de Bossio Suárez, especialmente si consideramos que estamos en los albores del siglo XXI, época donde el pensamiento e ideología posmoderna tienden a imprimir su sello.

Dentro del mundo académico, existe una obvia contradicción entre los principios filosóficos del modernismo y el posmodernismo. Paralelamente, hay una práctica generalizada antimoderna que podemos considerarla como una manifestación posmoderna. Efectivamente, Jürgen Habermas enfatiza que "el posmodernismo es antimodernidad". Aunque hoy en día se tiende a creer que todo es posmoderno. Sin embargo, para críticos como Hal Foster, la modernidad está muy vigente. Foster señala que "es la cultura oficial" (8).

Por modernismo, comúnmente, entendemos al conjunto de valores asociados a los ideales de la Ilustración, entre los cuales podemos incluir valores universales, como la cultura académica, las ciencias y la moral. Ideales que consecuentemente liberan al hombre. El proyecto de la modernidad, según lo estipula Habermas, "es el mismo que el de la Ilustración" (28). Sin embargo, ahora nos encontramos enfrentados y en una crisis contra estos postulados. En consecuencia, el desencanto con la modernidad nos ha llevado a tomar actitudes contrarias, es decir, actitudes posmodernas. El conocimiento enciclopédico carece de validez y practicalidad. De manera que el intelectual ya no es esa persona ilustrada que iba a guiar a la sociedad.

Por otro lado, en la literatura los grandes temas han cedido el paso a temas más frívolos y de menor importancia. Asimismo, en el aspecto moral encontramos situaciones conflictivas dentro de la ética moderna. En cuanto a este tópico, entre otras cosas, los pensadores de la Ilustración, según Habermas, tenían la extravagante expectativa de que las artes y las ciencias no sólo promoverían el control de las fuerzas naturales, el progreso moral, incluso la felicidad de los seres humanos. (28)

El siglo XX ha demolido este optimismo. La modernidad, por consiguiente, ha marcado una desarticulación entre los especialistas y su separación de la "hermenéutica de la comunicación cotidiana. Esta división es el problema que ha dado origen a los esfuerzos para 'negar' la cultura de los expertos" (28).


Aspectos conflictivos

En ambas novelas, a través de las conversaciones de los personajes que mencionaremos para ilustrar el tema central, podemos notar que cada uno de nuestros autores hace gala tanto de su amplio conocimiento bibliográfico como de su erudición en pensadores y filósofos. Estas referencias culturales son muy importantes, ya que nos sitúan más o menos a mediados del siglo XVIII.

En el plano literario, tanto Del amor y otros demonios como El llanto en las tinieblas puntualizan el conflicto entre la modernidad y la posmodernidad. Además, abandonan la postura de ser "grandes narrativas de progreso y perfección humana, [a la manera de Lyotard] entonces ya no realizables" (Barry 86-7), y la función narrativa, como bien lo señala Lyotard en su estudio La condición postmoderna, "pierde sus functores, el gran héroe, los grandes peligros, los grandes periplos y el gran propósito" (10).

En cuanto al aspecto moral conflictivo en la ética moderna, ambos textos cuestionan la posibilidad de ciertas relaciones. El llanto en las tinieblas explora la relación de un músico intelectual con la de una prostituta educada, mientras que Del amor y otros demonios examina la posibilidad de la unión de un cura y una menor. En las novelas se dan estas relaciones y son muy intensas, además están llenas de amor y enmarcadas por una libertad de la cultura y el conocimiento.

García Márquez hilvana muy bien la poesía de Garcilaso de la Vega, mientras que Bossio Suárez hace lo mismo no sólo con lo poético y filosófico, sino también con la música. Aunque todo esto se ocurre en un ámbito cerrado, el de la celda de Sierva María en Del amor y otros demonios, y el aposento que comparten los amantes Balmes y Ligia María en El llanto en las tinieblas.

Tanto la novela de García Márquez como la de Bossio Suárez tienen como trama central una tristísima historia de "insufrible mal de amores" (21), matizadas por una alta dosis literaria y musical, respectivamente. Curioso, uno de los tantos célebres compositores mencionados por Bossio Suárez es Pergolesi. Seguramente, la mayoría de los lectores disfrutó rememorando la música del período en el que se desarrolla El llanto en las tinieblas. Aludimos a Pergolesi no sólo por sus piezas barrocas, sino por su famosísima composición Stabat Mater, "Estaba la madre", cuya característica central es que trata del llanto dolorido de la Virgen al pie de la cruz. Al final de la novela hay un par de alusiones que nos llamaron la atención: una a Balmes "crucificado" (105) y la otra a Ligia María que, llorando, "respiraba su primer llanto" (106), por su relación con el tema de la madre dolorosa.

Asimismo, a la manera posmoderna los dos textos parecen centrarse en personajes menores y algo marginales. El de García Márquez en las figuras de Sierva María de Todos los Ángeles y Abrenuncio Sa Pereira Cao. El de Bossio Suárez, en los personajes de Ligia María, Herminio Bisbal y, por qué no, del mismo Balmes, que por su rostro calcinado es un ser repugnante físicamente.

Ambas obras se caracterizan porque ostentan un tono emblemáticamente inquisitivo que transmite esa actitud irreverente, la que se esfuerza por negar la cultura oficial del período en que se desarrollan. Esto lo vemos en la novela de García Márquez, en la postura de Abrenuncio y la de Cayetano Delaura. El primero de estos personajes lo hace a través de su constante cuestionamiento a los valores humanísticos de la Iglesia en relación con la cura del mal que aqueja a Sierva María, en su persistencia e interés en leer libros prohibidos por el Santo Oficio, y como también en su posesión de éstos. De igual modo, Cayetano Delaura, por la índole de su cargo, tenía acceso a "la cárcel de los libros prohibidos conforme a los espurgatorios de la Santa Inquisición, porque trataban de materias profanas y fabulosas, 'y historia fingidas'. Nadie tenía acceso a ella. Salvo Cayetano Delaura, por licencia pontifica para explorar los abismos de las almas extraviadas" (113).

En su debido momento, Delaura irá a cuestionar los mandatos de su obispo protector y querrá "huir lo más lejos posible de la opresión del mundo cristiano" (195). Sin embargo, será juzgado sospechoso de ser hereje y condenado a servir de enfermero en un hospital para leprosos.

En El llanto en las tinieblas, este accionar se da en las figuras de Herminio Bisbal y Ligia María. El conocimiento de Bisbal y el de Ligia María no corresponden al canon establecido por el Santo Oficio, por lo tanto, este saber es contestatario y está al margen; es decir, no es el aceptado como la cultura oficial. Coincidentemente, tanto Abrenuncio como Bisbal son judíos portugueses, médicos y más pareciera que éstos son perseguidos no por su fe, sino por sus conocimientos. En el caso de Bisbal, su fin se debe a su insistencia de querer probar su teorema, de la transmigración de las almas, frente a un tribunal inflexible. En cuanto a la figura algo frívola de Ligia María, la podemos considerar una representación de lo posmoderno, en el sentido de lo marginal, ya que ella es una prostituta. Sus atributos intelectuales intensifican aún más su marginalidad. Sin embargo, por ser mujer, por prostituta y finalmente por sus conocimientos negados a las mujeres, ella sufre una triple victimización.


Ficción articulada

Otro tema central en la obra de Bossio Suárez es la problemática de la escritura, ya que de una forma sutil nos plantea la esencia de la literatura, sin necesariamente darnos una sola posibilidad. En el entramado de su novela podemos ver que la literatura puede ser usada para comunicar, entretener, inspirar, motivar, distraer, informar, persuadirnos, disuadirnos, o nada o todo lo anterior.

Asimismo, si nos planteamos esto desde la perspectiva y la expectativa contemporánea, muchos esperaban una novela que elaborara temas obviamente más presentes. Bossio Suárez nos demuestra que el quehacer literario no resulta una camisa de fuerza que constriñe al escritor a una sola voz, a una sola narrativa o a una sola época. Nuestro joven novelista pareciera decirnos que es el imperio del escritor superar todas nuestras expectativas y lo logra de una manera espectacular.

Lo genial de la novela de Bossio Suárez es que, desde un plano literario, codifica toda la complejidad de una situación histórica, la cual le resulta infructuosa al historiador. Bossio Suárez despliega mecanismos que enfrentan la creación literaria a la invención histórica y sin necesariamente descubrir o debelar los mecanismos del discurso de la historia, que desde la perspectiva nuevohistoricista, a la manera de Hyden White, es también una invención, puesto que las ficciones como la articulación de la historia son, según White, un proceso de condensación, desplazamiento, y cualificación... [y que] sólo difiere la manera, no la forma en que el mensaje es producido (1194). Bossio Suárez no se plantea revisar ni rescribir ese discurso histórico, sino también crear una ficción basada en hechos históricos.

Al hacer una diferenciación entre la historia y la literatura, sabemos bien que lo que escribe el historiador es comprobable en la realidad y se supone legitimado en lo real; mientras que existe la otra versión, la literaria, que no necesita ser sometida a un riguroso examen de criterios de verdad extratextuales. Entonces, lo que cuenta Bossio Suárez, como bien señala Alberto Julián Pérez, diferenciando al literato del historiador, "es imaginario, no ocurrió; si la historia es lo que es, o lo que fue, la literatura es lo que no es, es ficción, se trata de lograr por medio del juego de las palabras que lo que no es, sea" (250).

Así, pues, las alusiones a la Inquisición y sus estragos no son gratuitas, ya que van más allá de un evidente criticismo a una institución particular, puesto que nos hace cuestionar la propia base social que permite el origen de estas anomalías. Este también es el dilema en que se encuentran enfrascados los ideales modernos y posmodernos. Los modernistas afirman que el posmodernismo atenta contra la implantación de valores útiles a la sociedad y su mayor amenaza es que sus planteamientos pueden conllevarnos a una postura extremada que destruya todos los cimientos de la cultura e historia. Mientras que los posmodernistas creen que los ideales del modernismo son muy autoritarios y no conducen a nada.
Más allá de la moda del momento, esta novela apuesta por ser una que debe ser incorporada en el área de los estudios coloniales, tanto por los literatos como los historiadores, ya que muy bien ilustra este período. Estamos seguros de que esta pequeña joya literaria será trascendental.
 
Bibliografía

-Barry, Peter. Begining Theory: An Introduction to Literary and Cultural Theory. Manchester: Manchester University Press, 1995.
-Bossio Suárez, Sandro: El llanto en las tinieblas. Lima: Banco Central de Reserva del Perú, 2002.
-Foster, Hal, ed.: La Posmodernidad. Barcelona: Editorial Káirós, 1998.
-Habermas, Jürgen: "La modernidad un proyecto incompleto" en La posmodernidad. Ed. Hal Foster, Barcelona. Editorial Káirós, 1998.
-García Márquez, Gabriel: "Del amor y otros demonios. Santafé de Bogotá. Editorial Norma, 1994.
-Pérez, Alberto Julián: "Historia y Ficción en la literatura latinoamericana. Modernismo Vanguardia Posmodernidad: Ensayos de la literatura hispanoamericana. Buenos Aires, Corregidor, 1995, pág. 249-255.
-White, Hayden: Historiography and Historiographoty, American Historical Review 93, Number 5, (December 1988).
 

* Adolfo Cisneros, Profesor de la Universidad de Bradley

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