Los frutos de un ornitorrinco

Por
Fuente: Omar Robles Torre, Noviembre 2010

Hace poco encontré un pequeño sobre de manila en el jardín de mi casa, entre hojas secas y demás papeles sucios, esperando que mis manos lo recogieran luego de haber estado allí por varios días. Lo abrí con emoción infantil y mis ojos se encontraron con un libro de tapa crema que tenía el dibujo de un ornitorrinco, levanté la mirada y reconocí el nombre de mi viejo y entrañable amigo Ricardo Ayllón que no olvidó enviarme desde su morada actual en Cajamarca, su última publicación: Las preguntas del ornitorrinco. Diálogos con la literatura peruana.

Muchos años atrás mi madre sembró en nuestro jardín una planta de membrillo, cuyas hojas fueron las que cubrieron el libro de Ricardo. Y hace muchos años también (no tantos como los del membrillo), Ricardo sembró una revista virtual llamada El Ornitorrinco, desde donde se atrevió a hacer entrevistas a escritores poco difundidos.

Esta revista, igual que nuestra planta de membrillo, nos dejó frutos importantes que hoy se reúnen en un volumen bellamente editado por Ediciones Orem (junio, 2010). Empiezo a abrir sus hojas y, al leerlo, recuerdo las entrevistas que leí cuando fueron publicadas en su respectivo momento, y me encuentro con otras que por descuido no leí.

El libro empieza con una entrevista al escritor Marco Cárdenas, quien dice: “La literatura es compromiso total con el pueblo”. Al autor de la novela El quinto Evangelio, Ricardo le hace preguntas interesantes que tienen repreguntas incisivas sobre su ideología, exprimiéndolo al máximo para que no quede nada pendiente para otra entrevista.

La conversación que sigue es con la escritora huaracina Rosa Cerna Guardia, la mejor del libro a mi entender pues Ricardo consigue hacer hablar a una autora que siempre mostró poco interés en estar frente a la grabadora. Pero como perseguidor e incisivo periodista cultural, lo ha conseguido y captura para los lectores la niñez, el recuerdo de Huaraz y aspectos confidenciales del trabajo narrativo de Cerna Guardia.

Otra entrevista que emerge de la imaginación y la realidad es la que le hace a Óscar Colchado Lucio, quien habla de su personaje infantil, es decir el Cholito que el narrador lleva adentro. Colchado es sin duda ese niño plasmado en su ya conocido personaje. “Sé que él (Cholito) va a tener nuevas aventuras y yo voy a seguir enterándome de ellas. En eso no voy a tener problemas”, dice al final de la conversación.

En este fruto que ha madurado por varios años, Ayllón nos sorprende al momento de preguntarle al poeta Juan Cristóbal “¿Te sientes viejo?” cuando toca el tema de su antología poética personal. Con Maynor Freyre, como buen chimbotano Ricardo indaga en las vivencias de aquél en el puerto. Cronwell Jara, por su parte, hace algunas evocaciones sobre cómo llegó a dictar talleres de cuento; Ricardo conversa con él desde temas que abordan su conocida timidez hasta la literatura light.

El libro que Ayllón nos entrega contempla a aquellos escritores que no están en las primeras planas de un diario ni son presentados al lado de las notas de espectáculos; es decir, creadores importantes con una obra valiosa que merecen el mismo sitial que otros más publicitados y difundidos.

Carlos Rengifo, Jorge Luis Roncal, Enrique Rosas Paravicino, Macedonio Villafán, Ricardo Vírhuez, también han sido capturados por el ornitorrinco. El pintor Alberto Quintanilla, por su parte, se anima a hablar de literatura; mientras que resulta especial la entrevista titulada “Oswaldo Reynoso, testimonio de vida y obra”, pues nos permite ver de cerca cómo se formó un escritor tan importante como el autor de Los inocentes.

La tarde que vi el libro de Ayllón entre las hojas secas del jardín de mi madre, no imaginé que sus páginas me llevarían a recordar el membrillo que un día creció entre nosotros para disfrutar hoy de sus frutos. Hoy que saboreamos el fruto de Ricardo esperamos también que nos siga alimentando porque la literatura sí alimenta, pese a que otros digan lo contrario.



* Omar Robles Torre (Huaraz, 1976). Es licenciado en Periodismo y director de la revista cultural Kordillera. Una selección de sus crónicas y reportajes fue publicada en el libro Memoria de tinta. Es difusor de la cultura andina en Ancash.