Marcos Yauri Montero
A la sombra de Yauri Montero A la sombra de Yauri Montero

Por Ricardo Ayllón
Fuente: Ricardo Ayllón, Lima, octubre 2009

Durante cinco días, y a través de un coloquio, se ha rendido homenaje al escritor peruano Marcos Yauri Montero. En una alianza que llenó de entusiasmo a los escritores y lectores que asistimos al evento, unieron fuerzas estudiantes y profesores de la Escuela de Literatura de las universidades Federico Villarreal de Lima y Santiago Antúnez de Mayolo de Huaraz, para hacer público el reconocimiento a una de las obras narrativas, líricas y ensayísticas más sólidas, aunque silenciosas, de nuestro país.

Digo silenciosa porque más de uno de sus lectores ha tenido la sensación de que este escritor ancashino jamás se preocupó por los carteles ni por la publicidad mediática que generalmente buscan los escritores en nuestro país. Para mí Yauri es de aquellos que aún confían en la calidad creativa y en la historia para la evaluación y calificación final de su trabajo. Y esto se ha mostrado con mayor nitidez al comprobar la seriedad, profundidad y vastedad de los ensayos y textos críticos expuestos alrededor de su obra creativa y reflexiva. Al final de este coloquio –denominado formalmente “Revisando los discursos andinos. Homenaje a Marcos Yauri Montero”, con sede en las ciudades de Huaraz y Lima–, me quedé con la feliz impresión de que la de Yauri es una obra distante de aquella que se lee y abandona en el baúl del olvido. Todo lo contrario, aquella sirve para la reflexión no únicamente de los temas ficcionados en sus novelas, sino también para seguir el rastro al proceso de la denominada narrativa indigenista, de la cual aún hay mucho que registrar pues mantiene vigencia entre estudiantes e investigadores universitarios.

Un punto importante en este coloquio fue el tratamiento de los estudios y compilaciones de tradición oral publicados por Yauri. En este sentido, los docentes Javier Morales Mena, Gonzalo Espino y el poeta Omar Aramayo supieron contagiarnos el entusiasmo por la dimensión histórica que le otorga el ancashino a su interpretación de la tradición oral. En cuanto a la revisión de su novelística, se lucieron los más jóvenes, destacando las participaciones de Alejandro Mautino Guillén y Edith Pérez Orozco, cada cual representando a su alma máter, la Antúnez de Mayolo y la Villarreal, respectivamente.

Pero, como dije hace un momento, el evento sirvió para que las literaturas andinas constituyan, en general, un eje temático importante. En este sentido, sin duda resultó alentador el saber que, más allá de continuar revisando el legado de la obra de Churata, Alegría, Arguedas, Vargas Vicuña, etc., algunos han concentrado sus aptitudes metodológicas en la periferia narrativa, trayéndonos a debate, dentro de este coloquio, el resultado de sus investigaciones a escritores como Ántero Peralta Vásquez o Feliciano Padilla, quienes, entre muchos otros, no recibieron ni reciben todavía mayor atención de los estudios literarios. Por ello resultó importante conocer las opiniones del antropólogo Lasdilao Landa Vásquez y del joven Douglas Rubio Bautista.

Aunque lo que colmó de expectativa y entusiasmo al Salón de Grados de la Facultad de Humanidades (o Paraninfito) de la Villarreal, abarrotado de jóvenes estudiantes, fue escuchar los atrevidos planteamientos de Dorian Espezúa Salmón, quien, de un tiempo a esta parte, busca aclarar algunos conceptos sobre la idea del indio, el cual –para Dorian–, se encuentra en todos los niveles y estratos de la sociedad peruana, ya sea como campesino en las zonas andinas, o como presidente de la República en la gran urbe. Según su forma de visionar al indio, se debe reconocer a éste no solo como sujeto de estudio, sino también como investigador: “El indio es ahora interlocutor y estudioso de la cultura occidental, y el principal prejuicio del indigenista en no reconocerse como indio”, se atreve a lanzar Espezúa, partiendo de la premisa de que lo indígena es parte indesligable de nuestro proceso como país. Y por lo tanto, “todo discurso producido en la región andina es indigenista, incluyendo lo afro, lo chino y lo antiindigenista”.

Solo el arraigo de una vasta y sólida obra creativa y ensayística como la de Yauri Montero, puede llevar a estudiantes de nuestras universidades nacionales a esta hermosa empresa de repensar los discursos, planteamientos y contenidos pendientes en la agenda de la literatura nacional. En este sentido, no queda sino agradecer a este esforzado trabajador de la imaginación por darnos la oportunidad de guarecernos a su sombra y seguir tomando conciencia de la modernidad, representatividad y laboriosidad de su obra, cuya inquietud temática jamás ha dejado de recrear y pensar en este país desde sus mitos, su diversidad cultural y sus traumas históricos.

Boletín semanal
Mantente al tanto de las novedades ¿Quieres ver nuestro boletín actual?
Ingresa por aquí
Suscríbete a nuestro boletín y recibe noticias sobre publicaciones, presentaciones y más.