Eduardo Arroyo Laguna
A galope por la vida A galope por la vida

Por Periodista1
Fuente: La Primera, Lima 16/05/11
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/cultura/a-galope-por-la-vida_86162.html

—El título de este poemario es bastante sugerente.
—El poemario pivota sobre la oposición vida-muerte, esperanza-frustración, amor-odio. Las parcas, en la mitología griega y latina, regían el destino de los humanos. Antes he escrito “Ante la vida”, “Entre bosques” y “Jardín de ensueños”. —“Naturaleza viva”: “Yazgo desnudo en la cima de una colina…”

—Un antiguo poema que nunca antes publiqué; está en la línea ecológica de comunión plena con la naturaleza. —“Instante”: “Canta un mirlo / Nace la vida”
—Este instante de dos versos captura la noción de la vida detrás de cualquier manifestación vital: el germinar de una flor, la caída de una gota de lluvia; en este caso es el canto de un ave

—¿Qué relación tiene con los mirlos?, aparecen esta ave y otras en su poemario.
—Hay un fondo bucólico, panteísta, en esta escritura… Admiro a los chinos Li Po, Po Chu-i, Tu Fu… que expresan esa exaltación en el contacto con la naturaleza.

—¿Cuándo los leyó?
—En los 70, cuando ingreso a San Marcos. Volví de los Estados Unidos de estudiar dos años premedicina en Nueva York, e ingresé a psicología y cambié a sociología. En estos años leo “Jade frute” (la flauta de jade) y ahí encuentro a estos poetas… Los poemas cortos, la admiración de comulgar con la naturaleza…

—El poema “Vida que te vas”...
—Va unido a “Ante la vida”, dirigido a la generación del 68, que quiso tocar el cielo con las manos, cambiar el mundo…. Era el elan vital de los 60, el elan bergsoniano… la juventud de mayo de París del 68, el Cordobazo, la matanza de Tlatelolco… En esa época, uno sentía que estaba en la historia. “Vida que te vas”… tiene un tono nostálgico y pesimista. La vida camina sin dar tregua a la muchachada que antes quiso cambiar el mundo.

—¿Qué sucedió para no hacerlo?
—Esa generación tuvo su mejor momento con Alfonso Barrantes, pero éste pierde las elecciones ante Alan García, y coincide con la Perestroika y el Glásnots de la Unión Soviética. Algunos viejos militantes pasan a mirar la vida desde el balcón; otros a tratar de entender y mirar la vida desde lejos, un grupo siguió militando, y otros se pasaron a la derecha... Unos han desaparecido “en las brumas del recuerdo”…

—Usted, ¿qué camino siguió?
—Yo dejé de militar el 82, pero siempre estuve ligado al ideario revolucionario, un país igualitario, de bienestar para las grandes mayorías. Me dediqué a la cátedra. Soy catedrático desde el 74 en la Universidad Ricardo Palma, en la Villarreal desde el 93…

—Ha vuelto a la Universidad de San Marcos en su 460 aniversario, después de casi cuatro décadas.
—Desde el 74, pero ahora como profesor en el “Seminario de política internacional comparada” en la maestría de sociología. En mi época, había lunas rotas y 300 alumnos en un salón, pero éramos felices. La sociología era el boom de los 70. Queríamos hacer la revolución y para eso teníamos que hacer un estudio de la sociedad. Supongo que ahora los estudiantes tienen emoción social, pero también los pies bien puestos en la tierra. Nosotros perdimos muchos años en huelgas, mítines; estuvimos presos. Mi generación quiso cambiar el mundo, pero ni siquiera se puso a pensar en qué iba a trabajar. Felizmente, trabajo hubo.

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