El hilo que teje todos los relatos de este libro es la presencia de los fantasmas, no en la dimensión previsible a las que nos ha acostumbrado tanta narrativa de corte sobrenatural, sino en el de la obsesión por las claves del pasado y la supervivencia de un tiempo y unos personajes que se resisten a morir. Cada cuento es, así, exploración de la historia y ajuste de cuentas. Puede ser la legendaria derrota del maracanazo en 1950, por ejemplo, o la prisión de Cervantes en Sevilla o la gesta del monitor Huáscar en la Guerra del Pacífico; pero lo importante es que estos acontecimientos asumen el pasado como deuda o destino que aún debemos saldar y cumplir. Los espectros nacionales significa una vuelta de tuerca en la narrativa fantástica peruana y ratifica la fidelidad de José Güich Rodríguez a una manera de vivir y practicar la literatura.