Este poemario, cuya primera edición data de 1999, pone de manifiesto el alto talento de Watanabe para dotar de trascendencia, mediante la expresión poética, a los aspectos cotidianos de nuestra existencia. Su capacidad para abrir nuevos caminos lleva a Watanabe a explorar el mundo de lo inmediato. Por medio de una mirada penetrante y sensible, el poeta descubre rostros insospechados de nuestra realidad.