Susy Scott es una prostituta con enorme talento para la extorsión y la literatura. Sus historias sexuales, como sus crímenes y su cuenta bancaria, son el producto de una vocación en la que se confunden solitarios, cínicos exitosos, estafadores y libertinos. Esta singular novela nos hace partícipes de lo más oculto y desgarrado que puede contener una historia de escepticismo cínico narrada por Susy, la prostituta "de servicios especiales" de Sydney. Con delectación, pero a veces con asco u horror, nos vamos asomando a las páginas de su diario y allí veremos su gradual proceso de transfiguración. Susy nos da cuenta de los pormenores de la extraña y anónima relación telefónico-erótica que sostiene con Roger Balaguer, un profesor de literatura latinoamericana, que encuentra en el placer la respuesta a sus preguntas existenciales. Al seguir con el diario, que nos sorprende porque en él hallamos no solo reflexiones sobre el placer, la identidad, la soledad o el amor, sino también sobre literatura, entendemos que esa relación se convierte en codependencia: Susy vive a través de las aventuras que le relata Roger y Roger tiene un respiro para su cinismo al contarle lo que en verdad siente a Susy. Finalmente Susy, enfebrecida y un poco loca, por su odio a las buenas conciencias, desencadena una especie de reivindicación humana con un truculento e inesperado final.