Convirtiendo el género literario de la Entrevista en un medio de la reflexión filosófica el filósofo Flores Quelopana medita sobre asuntos claves que tienen como eje central el Nihilismo, la pandemia y la civilización tecnológica. Sostiene que la pandemia es resultado del descontrolado poder del hombre en la era tecnológica. La misma que se convierte en el principal impulsor del nihilismo. Colige que el nihilismo exige pensar en el destino de la Razón. Y ello lleva a constatar que la misma no es necesariamente el ocaso de los inmutables, sino el reconocimiento que el Ser es y no puede no-ser. Por consiguiente, la Nada no es y no puede ser, sino que lo finito viene del ser y va hacia el ser. De modo que la creencia nihilista occidental en el devenir de los entes hacia la Nada no es de carácter lógica sino ideológica. Se trata de una convicción contradictoria propia de una era finisecular.