Los acontecimientos desarrollados en la república peruana en el periodo 1895-1919, parecieran haber tomado como guion los versos del Canto XLV de Ezra Pound. Concluida la guerra, las regiones del territorio iniciaron su balance y su reconstrucción, conscientes que, así en la paz, como antes en la guerra, ninguna ayuda había que esperar de la elite capitalina. En negación de las ideas difundidas con persistencia acerca de la incapacidad “provinciana” para superar sus problemas, cada región intentó su propia resurrección. Los pocos testimonios impresos, de esas tareas hercúleas, circulan en folletos modestamente impresos, por obra de familiares de los protagonistas, de quienes, las regiones de hoy, guardan escaso o ningún recuerdo.