Viva la República es la primera novela de Carlos Thorne. En ella, traza una imagen narrativa que simboliza, por la vía del compendio y la síntesis, el carácter de los regímenes despóticos, mezcla de corrupción, prepotencia y torpeza; al mismo tiempo que, en contrapunto esclarecedor, va mostrando los avatares de los movimientos de liberación y de los hombres que los impulsan para inaugurar algún día un mundo distinto, verdaderamente humano. En el primer plano, Viva la República opta por un diseño fuerte, sarcástico, caricatural casi, que vuelve ácido el humor y lo afila como arma destructora pero también como modo de conocimiento de una realidad que, por esperpéntica, no parece encontrar mejor y más certera forma de expresión.