Felipillo como doña Malitzin en México, traicionó a su raza, creyó en el mundo que venía, aprendió como los misioneros, pero por inverso modo, las dos lenguas dominantes, castellano y quechua, y se prestó a ser el intérprete, el traduttore o traditore entre un pueblo y el otro. Codina ha emprendido su tarea con arrojo. La ha culminado con animación y gracia. (Luis Alberto Sánchez) 360