Carlos Augusto Rivas es una de esas personas que cada día nos regala una sonrisa y que, con el lenguaje común de la belleza, logra la felicidad contando historias de bellas princesas, amores eternos, duendes y oráculos.  
A diferencia de otros lugares en Lurín, la tradición y la herencia se cuentan, se cantan en calles y montañas. Así que Carlos da rienda suelta, en su libro, a la originalidad, haciéndonos saber que somos los afortunados propietarios de admirables piedras, huellas, cavernas, templos y ciudadelas; de originales historias, ancestrales mitos y costumbres legadas por los antepasados que supieron forjar en esta región un vasto y rico imperio.