Bethoven Medina Sánchez
Edición extraordinaria. Antología General de la Poesía en la Libertad de Bethoven Medina

Por Elmer Robles Ortiz
Fuente: Librosperuanos.com
Enero, 2019

El Perú, país biodiverso y de contrastes, con todos sus elementos naturales, condiciona la obra del hombre que ocupa este territorio hace miles de años. La realidad natural y el tipo humano han producido aquí, en el transcurso del proceso histórico, y siguen produciendo, una verdadera síntesis cultural.
 
En cada región natural –no necesariamente coincidente con la región administrativa-, en cada valle y en cada comarca de nuestro país brota un aporte, un mensaje, un estilo de la creación humana que contribuye, dentro de la variedad, a desarrollar la unidad de nuestra cultura. Lamentablemente, el centralismo limeño asfixia a las provincias en todas las manifestaciones de la vida nacional. Pero, y esto es más lamentable, muchos provincianos han estimulado la vanidad capitalina, el sentido peyorativo del vocablo “provinciano”; con ello la absorción centralista. Por eso, el poeta, el escritor, el intelectual nacidos fuera de Lima, han requerido el espaldarazo de la crítica capitalina, a través de sus pontífices de turno. Esta realidad, muchas veces niega el vigoroso mensaje provinciano. Hace años, J. Guillermo Guevara (1959), en un olvidado libro titulado La rebelión de los provincianos, demostró el aporte y la valía surgidos desde ciudades y aldeas fuera de la capital de la república.
 
Trujillo y el norte del Perú son cuna de excelsas inquietudes culturales a través de la palabra, de la plástica o la melodía. Hace cien años, surgieron aquí las más grandes expresiones de la literatura, particularmente, en la poesía, como también en la ideología, en la plástica, en la música y otras expresiones de la poliédrica obra de un emergente y rebelde grupo que fue toda una eclosión intelectual en la entonces muelle y casi adormecida ciudad anclada en su enervante pasado.
 
Es penoso constatar, aquí y en todo el Perú, entre estudiantes, profesionales y amplios sectores de la población el desconocimiento de los aportes culturales nuestros, como también de la geografía e historia. El virreinato espiritual heredado de los tiempos de dominación hispana y continuado a lo largo de casi dos cientos años de vida independiente, con nuevas formas de hegemonía, así como una deficiente educación, son factores explicativos de tan terrible realidad. Es frecuente escuchar a personas de diferentes grados de escolaridad, mencionar lugares lejanos, sucesos históricos, nombres de poetas, escritores, pintores, científicos, que además de esos nombres no conocen nada, y títulos de libros que nunca han leído. Igualmente expresiones como estas: “Esto ocurre solo en el Perú, en el extranjero no es así”. Pero jamás han salido de nuestro país ni han leído sobre otros lugares. Con expresiones pesimistas no se avanza. La creatividad exige espíritu optimista, para ser, precisamente, realizadores. Estamos, pues, frente a la ignorancia de lo propio frente a un supuesto conocimiento de lo ajeno, agravado por el desprecio que acompaña al primero y la fácil alabanza al segundo. Y esto es realmente, más grave cuando se trata de profesionales o autoridades; una supina ignorancia. Entonces, la identidad de la que a veces hablan, no es sincera.
Los currículos de los diferentes niveles del sistema educativo no abandonan el colonialismo mental. Sin perder la visión de peruanidad ni omitir el aporte de otros pueblos del mundo, es urgente enfocar la realidad del país y de la región; estudiar los fenómenos geográficos, sucesos históricos, factores ecológicos y económicos, la literatura escrita y oral; en fin, ir al conocimiento cabal de nuestros problemas y posibilidades de desarrollo. Es sarcástico que un estudiante trujillano hable de otras realidades, por ejemplo del lejano Egipto, pero nunca ha visitado Chan Chan; que aluda a famosas obras de arte del Viejo Mundo, antiguas o de tiempos cercanos, pero no conozca el Museo Arqueológico de la Universidad Nacional de Trujillo; que sepa por lo menos el nombre de la española Zenobia Camprubí pero ignore a María Negrón Ugarte, su coterránea. 
 
Pero es realmente agradable y reconfortante tomar nota en nuestra ciudad de noticias anunciadoras de nuevos aportes en las más variadas manifestaciones culturales.
 
Justamente, ahora nos convoca, un recién nacido hijo intelectual del notable poeta Bethoven Medina Sánchez, una de las voces que, frecuentemente, señalan nuevas auroras en la expresión estética de Trujillo. Hoy nos hemos reunido en torno a su libro titulado Edición extraordinaria. Antología general de la poesía en La Libertad (1918-2018). Obra inscrita en el anhelo de conocer, comprender y valorar el proceso literario regional en función del contexto sociocultural. Antonio Cornejo Polar había sostenido que la literatura nacional habrá de construirse teniendo en consideración las literaturas regionales. La obra mencionada va en esa dirección.
 
Bethoven Medina es un autor trujillano cuyo prestigio va en ascenso dentro y fuera del país. El listado de sus obras poéticas es larga. Baste citar algunas. En 1980 publicó Necesario silencio para que las hojas conversen, en la colección de Cuadernos Trimestrales de Poesía; le siguió Quebradas las alas, Expediente para nuevo juicio, Y antes niegue sus luces el sol, Ulises y Takaynamo en altamar; recientemente, Éxodo a las siete estaciones, de la que Marco Martos, catedrático de la Universidad Nacional de San Marcos y presidente de la Academia Peruana de la Lengua, ha dicho que es un “libro insólito dentro del panorama de la literatura del Perú, algo que asombra por su concepción y ofrece sostenido deleite a quien se acerque a sus páginas, merced a su largo trato con las musas que le permite al poeta abordar con solvencia y naturalidad temas cruciales de la existencia humana como nuestro vínculo con la naturaleza y la importancia de la religión […] Libro que nos deja satisfechos por la escritura misma de los versos y por su estructura, rigurosa como una partitura musical hecha por un gran conocedor”.
 
La relación de sus premios nacionales e internacionales es extensa. Citaremos solo una muestra. Segundo Premio de los Juegos Florales Universitarios del Perú (1979), segundo premio del V Concurso “El Poeta Joven del Perú” (1980), Premio Internacional de Poesía “Mairena”, de Puerto Rico (1985), segundo premio de la II Bienal de Poesía Infantil (2007), Premio Internacional de Poesía “Ciudad de Aguas Verdes” (2009), Premio a la Excelencia Literaria, Puerto Rico (2015), premio en el III Congreso Miguel de Cervantes de la Sociedad Unión Hispanoamericana de Escritores, Argentina (2017), finalista del VI evento de Poesía Hispanoamericana La Lira de Oro, Ecuador (2017).
 
Ha sido incorporado a la Sociedad Boliviana de Escritores y la Unión de Escritores y Artistas de Tarija, en Bolivia. Sus poemas figuran en antologías de nuestro país, como también de México, España, Argentina, Puerto Rico, Chile, Ecuador y Paraguay.
 
Quien habla se informa por los medios virtuales -más que por otros-, y también por ellos comenta el hecho de que Bethoven Medina, frecuentemente, participa en eventos literarios en una y otra ciudad del Perú o del exterior. Leemos un día que está en Puerto Rico, al poco tiempo en Ecuador, en Argentina, Uruguay o vuela a Bolivia u otro país. Hasta donde conocemos es actualmente el poeta trujillano con mayor recorrido en las lides literarias nacionales e internacionales. Vate viajero, trotamundos de la poesía, ha sido designado por la Unesco Embajador Universal de la Cultura. No obstante sus méritos sobresalientes, no ha figurado aún como invitado de honor de ninguna de las ferias del libro que se organizan en nuestra ciudad, en las cuales se resalta a personajes de otros espacios, a veces, sin vinculación con el nuestro. Esperamos que, como en otros casos de intelectuales notables, no se diga de él, que “nadie es profeta en su tierra”.
 
El libro que hoy sale a luz consta de un estudio preliminar y diez secciones de igual número de promociones poéticas. Medina Sánchez ha hecho una taxonomía de los autores por “promociones”, no por generaciones. Se inicia con la de 1920 titulada “Fundación de la tradición poética” en la cual incluye a ese poeta inconfeso que fue José Eulogio Garrido, a César Vallejo, Alcides Spelucín, Nicanor de la Fuente Sifuentes, Francisco Xandóval, María Negrón Ugarte y Víctor Alejandro Hernández. Cuatro de ellos: Garrido, Vallejo, Spelucín y Xandóval pertenecieron al famoso Grupo Norte. Sigue la Promoción 1930 Expresión desde el Ande, luego la de 1940, Integración telúrica del mar y el Ande; a la de 1950 la denomina Emoción social y altura humana, en tanto que a la de 1960, Canto variado y vigente. Continúa la de 1970, Expresión sociopolítica y del ser; 1980, Vigencia de la variedad y trascendencia, 1990, Heterogeneidad e ideologías. A las dos últimas, del 2000 y 2010, las llama Resistiendo a la globalización e Irónico-lúdico-existencial, respectivamente. En la última, cierra la producción poética con la joven Andrea Cruzado, de la que selecciona versos publicados en el 2018. Así la antología abarca un periodo de cien años, desde 1918. En total son noventa y un poetas incluidos, setentaicinco varones y dieciséis mujeres. La promoción más numerosa es la del setenta con catorce exponentes.
 
La palabra antología proviene del griego, anthos, que significa flor, y legein, leer. Entonces, literalmente sería flor de leer. Por eso, tradicionalmente, se alude a flores escogidas o guirnaldas; recopilación de obras literarias, en su origen, poemas. Pero ahora las antologías poéticas no son exclusivas. Cabe publicar antologías en otros géneros como ensayo, cuento y teatro. Y no solo hay antologías propiamente literarias, pues también se recopilan obras notables de otros campos: histórico, filosófico, pedagógico, musical, cinematográfico, etc. Además de libros sueltos y colecciones, se producen por diversos medios, tal el caso de los discos. Las antologías pueden ser de uno o de múltiples autores; temáticas o variadas. Es importante que su contenido se estructure a partir de un orden, criterio o punto de vista, según la predilección del antologador. Pero su contenido no debe limitarse a un único enfoque o exclusiva interpretación ideológica. Cuando se presentan de modo didáctico guían al lector en su interés sobre el contenido y profundización del tema. En el campo educativo, las antologías son valiosas para el desarrollo de las materias con las cuales guardan relación. 
 
La Antología general de la poesía en La Libertad, de Bethoven Medina, sigue un criterio cronológico, es imparcial, pluralista, abierta, no es sesgada ni excluyente Su estructuración facilita la lectura continuada para conocer el proceso de la poesía en Trujillo y en nuestra región, así como la búsqueda rápida de un autor, a partir del fechamiento de las promociones. En el área educativa, estudiantes y profesores encontrarán aquí un libro fundamental para los estudios de la literatura liberteña.
 
El estudio preliminar de esta obra, presenta a Bethoven como un autor que ha seguido los pasos de la investigación; se propuso objetivos: determinar el significado, profundidad y alcance de la poesía escrita en la región La Libertad; contribuir a la difusión de la obra de los vates de mayor celebridad así como de aquellos cuya obra no es todavía suficientemente conocida; identificar y seleccionar las obras más representativas, con el fin de valorarlas y difundirlas. El Grupo Norte es, para nuestro autor, el referente de la tradición poética en La Libertad. Y pregunta: “Después del grupo Norte, ¿quiénes contribuyeron o contribuyen al desarrollo, auge y proyección de la poesía en la región La Libertad?” De allí su respuesta: “Son vates nacidos en provincias liberteñas y poetas procedentes de otras regiones que residieron (o residen) en este espacio geográfico y que con su obra, en forma conjunta, contribuyen al fortalecimiento y calidad poética en La Libertad, el norte y el Perú”. Entonces, él va con la metodología de la investigación cualitativa al encuentro de esos aedas. Y los resultados de su minuciosa búsqueda los alcanza ahora para el conocimiento público.
 
Para lograrlo realizó una exhaustiva indagación de las obras, sin tener en cuenta una temática específica e hizo una selección imparcial de los textos. Ha revisado numerosos estudios de textos literarios y registra sus antecedentes. Ha optado por el criterio coherente de orden cronológico, a partir de la fecha de publicación de las obras, cuidando que los poemas seleccionados presenten las formas características del autor. El libro recoge, pues, autores cuyas poéticas son sobresalientes. Estamos frente a una obra estructurada con mucho esmero. No es una simple reunión de poemas, la obra revela un trabajo paciente, estética y técnicamente estructurado, fruto de años de acopio de fuentes y de reflexión y dedicación para su construcción final. En su conclusión afirma que todos los años de la producción poética revisada presentan diversidad e inclusión. Él los ha desentrañado con igualdad y pluralidad, y los alcanza sin torcimientos. Quienes hemos elaborado antologías, sabemos de los problemas que se deben vencer en este tipo de labor, con mayor razón si es de la dimensión temporal de una centuria, como la que nos entrega el poeta Bethoven Medina, en 437 páginas, gracias al Fondo Editorial Municipal de Trujillo.
 
La antología que presentamos, en su estudio preliminar traza un minucioso proceso de la poesía en la región La Libertad. Acude en su búsqueda desde periodos lejanos. Pero en cuanto a la etapa republicana alude a los tiempos anteriores a la tradición poética, iniciada con el Grupo Norte surgido en Trujillo. Entonces, desde la fundación de esa tradición, desde 1918, con los Heraldos negros de César Vallejo y las obras de sus coetáneos, emprende Bethoven Medica el trabajo de clasificar y denominar los mensajes poéticos brotados en nuestra tierra. Su trabajo cuenta que el respaldo de una consistente bibliografía. Y en esta tarea, se refleja su personalidad de intelectual de espíritu amplio, abierto, libre de mezquindades. Su antología va precedida de la crítica de cada uno de los aportes; no se queda en la acumulación de poemas. El antologador no es solo un poeta, es igualmente un crítico literario, un investigador del proceso histórico de la literatura liberteña.
 
El título de esta antología ha sido inspirado en la obra de Alejandro Romualdo, Edición Extraordinaria (1958), que como muchas otras no fue criticada ni reseñada, como ocurrió con muchas otras. Y toma ese título para revalorar los aportes de autores provincianos. Precisamente, Bethoven es recurrente en su estudio cuando se trata de autores de La Libertad con galardones ganados en concursos nacionales de poesía, y que fueron omitidos por la crítica capitalina o no fueron considerados en antologías y reseñas publicadas en Lima. Su insistencia la demuestra con numerosos casos específicos. Lamentablemente, no faltan quienes siguen pensando que Lima es el Perú; el proceso de regionalización y descentralización no ha avanzado. Seguimos, en cierta forma, como en los tiempos en que Valdelomar observó este fenómeno.
 
Según José Antonio Mazzotti, Premio Internacional de Poesía José Lezama Lima, 2018, Casa de las Américas, la obra que nos ocupa “es una notable prueba de que los poetas liberteños, desde el emblemático 1918 de la publicación de Los heraldos negros hasta un 2018 en que ya se reconoce el valor de nuestra heterogeneidad, pueden entregarle al país y al mundo una poesía de alta calidad y de sabores tan propios como su música y su comida”.
 
El libro aparece en un singular marco histórico; a los cien años de Los heraldos negros, cuya conmemoración es compartida con el próximo año porque, fechado en 1918, el vate lo hizo circular en 1919. Y también coincide con el centenario del fallecimiento de don Manuel González Prada, casi desapercibido. Igualmente, a los cien años de la visita de Abraham Valdelomar a nuestra ciudad. Y tengamos en consideración que hace cien años comenzó el histórico movimiento de la Reforma Universitaria, que fue un grito por la creatividad e identidad cultural, y en cuya conmemoración hemos participado dentro y fuera del país. En el ámbito específico de Trujillo, la obra ve la luz, al centenario del nacimiento de dos poetas: César Adolfo Alva Lescano que en vida hemos celebrado hace poco, y de Horacio Alva Herrera; los poemas de ambos figuran en la antología. Consideramos oportuno destacar que el experimentado Horacio le confío al joven Bethoven algunos versos inéditos, que en muestra de lealtad, hoy los entrega al público. Vate es una palabra de origen latino; en varias culturas antiguas, el vate era el anunciador del futuro. Horacio Alva, como buen vate, al entregarle a Bethoven varios de sus versos inéditos, estaba anunciando la calidad de un joven poeta. Y no se equivocó. 
 
Behtoven Medina Sánchez es ingeniero agrónomo, magister en Ciencias Económicas con mención en Finanzas, y tiene en proceso su tesis de Maestría en Periodismo. Pero, al parecer, la poesía ha podido más que sus graduaciones académicas, o las ha refundido en su obra literaria, porque al estar por uno de sus poemarios de veinteañero, Necesario silencio para que las hojas conversen, ha hecho hablar a las hojas, reales o metafóricas. Después de todo, a los papeles en los que escribimos les llamamos hojas. Y aquí, justamente, termina la mía. Felicitaciones al autor por esta guirnalda de guirnaldas, por esta maceta de bellas flores hechas de palabras. Gracias a él por haberme pedido hablar ahora y a todos los presentes por escucharme.
 
Trujillo, 28 de diciembre de 2018.
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