Fernando Iwasaki
La literatura como espectáculo La literatura como espectáculo

Por Yolanda Vaccaro
Fuente: El Comercio, Lima 09/09/09
http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/literatura-como-espectaculo/20090909/339420

El Escritor acaba de presentar "España, aparta de mí estos premios". El libro aborda con humor la institución de los concursos literarios.


MADRID. “Los cuentos que envíes a los concursos nunca serán importantes para la historia de la literatura. En realidad, ni siquiera para la literatura”. “No permitas que la coherencia de la ficción te impida narrar la esperpéntica realidad”. “Los templarios no funcionan en los cuentos. Solamente en las novelas. No te confundas de premio”. Estas son algunas de las frases del “Decálogo del concursante consuetudinario”, el epílogo de “España, aparta de mí estos premios” (Páginas de Espuma), el último libro del escritor peruano Fernando Iwasaki.

Siete relatos forman esta obra que se burla de algunos de los tics más rocambolescos de la realidad española. Cada uno está protagonizado por un personaje japonés que se convierte, por ejemplo, en limpiadora catalana, chef vasco o brigadista de la fenecida Segunda República Española, según las bases de cada uno de los siete concursos que se narran en el libro. Certámenes figurados, pero cuyas bases recuerdan a las de los centenares de premios literarios que hay en España. Los siete relatos, asimismo, obedecen a la misma estructura, pero están adaptados a las bases de cada convocatoria, adaptación permanente que realizan muchísimos escritores, varios de ellos latinoamericanos, en busca de cubrir sus necesidades alimenticias. Por algo el autor dedica la obra “al escritor desconocido latinoamericano”. Iwasaki presentó el libro ayer en Madrid. Antes concedió esta entrevista a El Comercio.

¿No cree que está poniendo en evidencia la realidad de muchos escritores latinoamericanos que ahora pensarán que se les acabó el negocio?
No, mi libro no pretende ridiculizar los premios ni burlarse de ellos. Mi obra utiliza los galardones como pretexto para poder hablar de otra cosa, que es una cuestión que concentra toda la artillería del humor: la sociedad del espectáculo contemporánea. Esta propensión —que no solo es española sino mundial— de convertir la realidad en “reality show”, las ideas en titulares, las opiniones en publicidad y la sociedad civil en audiencia.

Mario Vargas Llosa llamó a esta situación la civilización del espectáculo durante la última asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) realizada en Madrid. Dijo que “en la civilización del espectáculo el cómico es el rey”. ¿Es lo que pone sobre el tapete en la obra?
Sí, porque el libro está ambientado en España, pero esta característica es universal. Por lo tanto, el lector latinoamericano la captará muy bien porque los “reality shows” son los mismos en todos los países. El “Gran hermano” mexicano será como el “Gran hermano” español. Esa es la verdadera eficacia del asunto.

Hablando de las bases, en su relato están tan mal escritas que realmente parecen las verdaderas bases de muchos concursos de cuentos españoles.
Sí, están mal redactadas con intención. Y me interesaba que las actas de los premios dijeran que a alguien del jurado no le gustaba la obra elegida. Todo eso forma parte de una estrategia de repetición que también está al hablar de la historia de cómo aparece el personaje japonés. Todo eso está orientado a que el lector vaya anticipándose, como si fuera una letanía.

¿Con cuál de los siete relatos se queda?
Ninguno de estos siete cuentos funcionaría solo por su cuenta. Ninguno vale singularmente nada. Lo que hace que tengan una curiosidad es el conjunto porque las repeticiones los enriquecen, el hecho de que formen parte de un solo mosaico les da sentido. Esto es algo que me gustaría decir con absoluta franqueza: ningún cuento por sí solo es especialmente bueno. Es más, si alguien los lee en desorden los disfruta menos. Es mejor empezar con el primero y acabar con el último, porque están encadenados.

¿Se ha frivolizado el tema de los concursos literarios en los últimos años?
Como hablábamos antes, en la sociedad del espectáculo todo se ha frivolizado. ¿Interesa más que publique una novela un escritor desconocido pero con mucho talento o que Cristiano Ronaldo consiga a alguien que le escriba una novela y la firme él? Pues, probablemente, interesa más lo segundo, aun a sabiendas. Cuando llegas a ese punto, puedes hacer un libro como este en el que te rías de esa sociedad del espectáculo.

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