José Donayre Hoefken
El arte de la brevedad El arte de la brevedad

Por
Fuente: Correo, Lima 07/10/08
http://www.correoperu.com.pe/lima_nota.php?id=76199&ed=14

José Donayre ha edificado una obra literaria sólida. Luego de publicar Horno de reverbero, Donayre retoma el relato corto con Ars brevis (Editorial Mesa Redonda, 2008).


Correo: Horno de reverbero nació del blog homónimo. Ars brevis encontró su origen en otro blog, ¿verdad?
José Donayre: Así es. Tuvo su origen en el blog «Comienzos para Buldozers». Este fue un proyecto que pretendió dos cosas: enfrentar la página en blanco y reflexionar acerca de cómo empezar un texto. Tenía, por tanto, objetivos lúdicos, didácticos y teóricos. Pero la transformación de «Comienzos para Buldozers» en Ars brevis no fue sencilla. En este proceso el trabajo de relojería fue más arduo que el que experimenté con Horno de reverbero. Tengo la sensación de que Ars brevis me cambió más. Este libro me ha hecho más escéptico.

C: Mencionaste en una oportunidad que ambos libros debieron salir juntos. ¿Qué los vincula y qué los diferencia?
JD: Aparte del juego deliberado respecto de la simbología numérica (69 textos en Horno de reverbero y 96 para Ars brevis), lo que tienen en común es la brevedad de las ficciones. Y los diferencian varias cosas: Horno de reverbero es más reflexivo y Ars brevis es más narrativo.

C: Tu narrativa se caracteriza por sugerir más que por enunciar...
JD: Cierto. Opto muy conscientemente por esta posibilidad literaria. Me interesa lo onírico, lo holístico, lo irracional y lo inconsciente, pero lo cierto es que escribo en vigilia, es decir, de una manera secuencial, racional y bastante lúcida. Tengo claro que estoy del lado de la insinuación y la exploración narrativa, y no de lo obvio (como fórmula del no riesgo bastante de moda). Por otra parte, no me interesa la insinuación metafórica; encuentro más creativo y satisfactorio hurgar en las posibilidades que ofrece la metonimia.

C: Esta característica (de sugerir) ¿tiene que ver con una búsqueda de un lector activo, creativo?
JD: Sin duda que sí. Lo más probable es que una novela o libro de cuentos escrito con receta comercial tendrá un lector que no logra distinguir una obra literaria de un texto de autoayuda. Bien, esa clase de lector plano, acostumbrado a papilla narrativa, que queda satisfecho con una novelita que ni siquiera imita la realidad sino las fórmulas exitosas o lo que dicta España, no me interesa, como tampoco me interesa tener muchos lectores sino buenos lectores.

C: También es recurrente en tu obra la preocupación extrema por el lenguaje. ¿Cómo se da tu proceso creativo? ¿Eres obsesivo en las correcciones?
JD: Parto de una posición muy radical: un escritor de verdad debe prescindir de un corrector ortotipográfico y de estilo. Un libro debe estar sólo editado, es decir, producido como objeto por alguien que se fije en que no falte ningún detalle y que tenga la capacidad de enmendar descuidos o errores menores. Pero de ahí a contar con un corrector que resuelva las taras del autor o reescriba la obra (cosa que ocurre más de lo imaginado) me parece un exceso. Y tú te das cuenta de eso en los blogs llevados por «escritores». En estos espacios saltan todas las deficiencias... Como el famoso ídolo bíblico, tienen la cabeza de oro, pero sus pies son de barro. En mi caso el proceso es bastante sencillo: simplemente escribo en limpio. Luego me dedico a tachar y a buscar la máxima expresividad.


Dato
José Donayre ha publicado La fabulosa máquina del sueño (novela, 1999), Entre dos eclipses (cuentos, 2001), La trama de las moiras (novela, 2003) y Horno de reverbero (relatos, 2007).
 

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