Enrique Congrains
Narrador urbano Narrador urbano

Por Gonzalo Pajares Cruzado
Fuente: Peru21, Lima 11/07/09
http://peru21.pe/impresa/noticia/narrador-urbano/2009-07-11/251210

El lunes 6 de julio, el Día del Maestro, murió en Cochabamba un maestro de nuestras letras: Enrique Congrains Martin (Lima, 1932), uno de los fundadores del realismo urbano peruano. Compartimos unas horas con el autor de No una sino muchas muertes.

 

Nos encontramos en La Tiendecita Blanca, en Miraflores. Eran las 6 de la tarde y se notaba que había llegado temprano. Me dijo que el lugar tenía demasiada gente y preguntó si no tenía problema en trasladar la entrevista a su casa. Acepté encantado. Pocas veces uno tiene la posibilidad de explorar el territorio de las personas que admira. Además, íbamos a tener más tiempo para conversar.

En el taxi, quien hacía las preguntas era él. Era un hombre informado de la actualidad y quería saber cómo habíamos abordado tal o cual tema en el diario. Me dijo que era de izquierda y que Perú.21 le gustaba por su diseño y por sus posiciones políticas, pero que discrepaba de su línea económica. “Soy un hombre de izquierda, pues”, repitió.

Lo curioso es que, en el camino, no quería hablar de literatura. Me habló de su oficio como librero y del porqué de su interés por el diseño gráfico. Vivía en un departamento pequeño, en Higuereta. Había que subir cuatro pisos de una escalera caracol y su trajinar era lento.

EN CASA. A mis 33, yo quería hablar del pasado. Él, a sus 76, estaba más interesado en el futuro. Mientras lo interrogaba sobre No una sino muchas muertes, Congrains me hablaba de su última novela, la 'futurista’ 999 palabras para el planeta Tierra, que, además, consideraba una especie de tratado de ética porque allí mostraba su preocupación por el futuro de la humanidad. Mientras mostraba varias cajas con sus libros –que él publicaba y distribuía–, me dijo que nunca había dejado de escribir pues consideraba sus decenas de trabajos pedagógicos como un ejercicio creativo.

Escuchaba escéptico las anécdotas que yo había leído sobre él y la generación del 50. Agradecía los elogios de Vargas Llosa, pero no se reconocía en el personaje que, de él, había 'creado’ Mario en el prólogo a No una sino muchas muertes. Siguiendo su interés en el futuro, alabó los hallazgos de Bombardero, la novela de César Gutiérrez. Pero, al hablar de poesía, volvimos al pasado: se declaró admirador de Carlos Germán Belli. “A Eielson no lo conozco mucho. Eso sí, Vallejo está sobre todos”. Quizás, para que los narradores peruanos del futuro sean mejores, deberán hacer un viaje al pasado y leer los textos de Congrains. Ninguno ha envejecido.

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