Un remedio contra la desesperanza

Por Giancarlo Stagnaro
Fuente: El Peruano, Lima 17/03/08

Tras la reciente publicación de Con boleto de vuelta, hace un par de meses, la escritura de Carlos Eduardo Zavaleta no ceja. Su mirada caleidoscópica no se detiene y, de un hecho concreto como los atentados terroristas y un entorno conspirativo, en esta ocasión se detiene en una mirada hacia el pasado, en busca de la intimidad.

Huérfano de mujer (Alfaguara, 2008) es el nuevo título que en esta ocasión ofrece Zavaleta, uno de los más prolíficos autores peruanos. La trama de esta novela corta gira alrededor de la relación entre Claudio, un descendiente de migrantes andinos, y Rosa, una bibliotecaria acostumbrada a los encantos del Centro de Lima.

Claudio es aplicado discípulo del ilustre intelectual Javier Ramos y conoce a Rosa en una de las tantas idas a la biblioteca de la avenida Abancay. Debido a su relación con Rosa y su familia –compuesta por su madre, su madrina y una hermana metiche y poco agraciada–, Claudio conoce el mundo de la clase media limeña desde la perspectiva femenina. Todo esto marcado por los cambios que empiezan a modificar el rostro de Lima para siempre.

“El escenario social de este enamoramiento es íntimo y familiar, con segmentaciones claras entre la belleza, la fealdad y el amor por el dinero. Esos son los valores de las familias limeñas antiguas. Por esto, la madre de Rosa quiere casarla rápido con Claudio; no obstante, ella, al igual que la madrina, sucumben a la muerte”, indica Zavaleta.

Tragedia

Por ello, desde el título, se alude a un proceso de desmaterialización de los personajes, de una vida afectiva consagrada a la compañera de toda la vida. Tras el regreso de Claudio de estudiar una beca en Londres, Rosa caerá inevitablemente enferma, al igual que quienes la precedieron, lo cual implica el advenimiento de la muerte.

“Resulta muy doloroso hacer que un personaje describa sus entrañas. La enfermedad se agudiza: es veloz, cruel y cáustica. El cuerpo de ella se torna distinto, que es un temor de Claudio al inicio del libro. La deformación es la crueldad del tiempo. Hay que tomar la muerte como inherente todos los días. Pero sólo nos damos cuenta de ella cuando nos flagela”, reflexiona.

En esta novela, el escritor ha querido mostrar un proceso personal: cómo se supera la muerte, se absorbe el mal y luego triunfa la vida. “No sólo se restablece el ayer, sino que lo hace de la mejor manera”.

No hay mayor ejemplo de ello que la propia literatura, que desde los albores del tiempo siempre ha sido uno de los mejores escudos frente a la constatación de la finitud. De este modo, Zavaleta impregna a Huérfano de mujer un necesario apego a la vida, tan necesario en nuestros días, no obstante los pronósticos y previsiones contrarias.

Cambios en Lima

La novela, en otra suerte de alegoría, alude también a la caída del nivel de vida en el centro histórico. Por ello, la alusión del tumor de Rosa señala también el tumor de la sociedad, que no puede hacer frente a la ocupación del centro histórico por el comercio ambulatorio.

“Rosa es una limeña, de mundo cerrado con su sistema que se viene descomponiendo por dentro. Cuando los ambulantes ocupan la ciudad, se originó un problema social. Fue un conglomerado que cambió Lima para siempre. Lo lamentable es que el desorden todavía continúa hoy, con hacinamiento y pobreza", sostiene Zavaleta.

De interés

Homenaje literario

1) Por estos días se ha venido realizando un congreso literario en Caraz, ciudad natal de Zavaleta, que celebra sus 80 años de vida y 60 años como escritor.
2) Estudiosos peruanos y extranjeros se han dado cita en esta ciudad ancashina para rendirle homenaje con diversas ponencias acerca de su obra.
3) Sostiene que la novela corta es la estructura que mejor se acomoda a su escritura, como sucedió con sus primeros libros: Los Íngar y El cínico.