La vuelta de Reynoso

Por Jack Martínez
Fuente: La Primera, Lima 20/06/06

Oswaldo Reynoso (Arequipa, 1931) apareció en el entorno literario con la publicación del poemario Luzbel, sin embargo, es con el libro de relatos Los Inocentes (1961) con el que logra gran reconocimiento, ya que su aparición representó un giro trascendental en la tradición literaria del país.

El escenario urbano que describía la generación del 50 es abordado también allí, pero con un nuevo lenguaje, caracterizado por ser, según Wáshington Delgado, ácido y corrosivo.

Más tarde publicó En octubre no hay milagros (1965), El escarabajo y el hombre (1970), En busca de Aladino (1993), Los eunucos inmortales (1995) y El goce de la piel (2005).

Hoy, sus libros son motivo de lecturas obligatorias en los centros educativos del país en todos los niveles, y su presencia constante en las actividades literarias han hecho que el número de sus lectores se acrecienten.

Es así que, en un merecido reconocimiento a su trayectoria, el Instituto Nacional de Cultura (INC) acaba de publicar Las tres estaciones, un libro inédito del escrito arequipeño.
 

Relatos primigenios

El libro de Oswaldo Reynoso, Las tres estaciones, está compuesto por cuatro cuentos que fueron escritos, según el propio autor, "a finales de los sesenta", sin embargo, no fueron publicados sino hasta hoy.

Hace un tiempo, señala el escritor, "vino mi hermano y en su visita trajo consigo varios manuscritos, casi setecientas páginas"; y cuando el INC ofreció publicar sus textos, "realicé una selección de ellos, y elegí cuatro relatos".

Agregando además que "el último de ellos, denominado 'El triunfo', es el que representa el salto intermedio entre Los inocentes y El escarabajo y el hombre; los otros tres que lo preceden, se acercan a mi novela frustrada, Los Kantus".

Sin embargo, aun cuando se ha tratado de relatos primigenios, éstos no han sido publicados tal cual, ya que Reynoso los ha corregido rigurosamente, realizando "un trabajo que se acerca mucho al de un restaurador de cuadros".

Así, se han obtenido cuentos que mantienen la belleza en el lenguaje, característica en el escritor, pero que a diferencia del resto de su producción, la temática se acerca con más nitidez a la ideología comunista de la época, y el escenario se desarrolla, como nunca, en torno a referencias directas a Arequipa, su ciudad natal; y a Huamanga, en donde laboró como catedrático.