Rocío Quispe-Agnoli
El código Guamán Poma El código Guamán Poma

Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 10/08/06

–Se han realizado muchos trabajos sobre Guamán Poma de Ayala, ¿qué nuevos aspectos ha estudiado usted?
A mí me interesó mucho su fascinación por la escritura alfabética como una práctica tecnológica que se tiene que aprender debido a su poder persuasivo e ideológico en la colonia. Al mismo tiempo esto me llevó a observar y a analizar la implementación de códigos gráficos andinos y su combinación con la escritura alfabética. Básicamente mi libro busca romper con el estereotipo de que los incas no tuvieron escritura. Ahí están los quipus y los tocapus para demostrarlo.

–¿Por qué “Nueva crónica y buen gobierno” sigue siendo tan vigente?
Porque es una mina de temas que no se agota. Como peruanos siempre encontraremos ahí descritos los mismos problemas que tenemos hoy.

–¿Guamán Poma era la amalgama comunicacional entre Europa y los Andes?
Claro. Él manejaba los códigos de comunicación de Europa y de los Andes. Era un sujeto situado en el medio de ambos mundos, pero que se movía muy bien en ambos espacios y también en el intersticio.

–Por otro lado, postulaba la escritura como remedio social...
En “Nueva crónica...” emplea en un 90% la letanía, sólo al final dice: “Presto tendremos remedio”, frase que está en uno de los últimos folios. Utilizar la palabra remedio en la época de los siglos XVI y XVII no era exclusivo de él sino de la tradición retórica legal, por lo tanto remedio significaba “reparación legal”. Además, Guamán Poma hacía una distinción clara respecto a la mala escritura y la buena escritura: para él la mala escritura traía corrupción al reino y él pensaba que con su obra se iba a remediar al reino.

–¿Se puede pensar que en la obra de Guamán Poma hay una noción de identidad nacional?
Sí, pero es un tema espinoso. Él estaba preocupado por la desaparición de la raza andina y aconsejaba al Rey sobre esto, dando a entender que los mestizos eran el testimonio viviente del fin de la raza andina. Como solución propuso en su obra el concepto del “indio colonial cristiano”. Muchos estudiosos lo acusan de racista, pero hay que recordar que ser mestizo en ese tiempo era mal visto. Decirle indio a alguien no era un insulto, pero decirle mestizo sí. Esto se debe a que el mestizo era hijo natural e ilegítimo. A él le dolía que le dijeran así, ya que impedía su ascenso social.

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