Víctor Andrés Ponce
"Quise escribir la historia de un guerrero enamorado en la guerra"

Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima18/03/05

El escritor y periodista acaba de publicar "De amor y de guerra", novela que narra una historia de amor en el marco de la guerra de resistencia contra Sendero.
Cuenta la formación de las rondas campesinas integradas por evangelistas.

 

Nicomedes Sierra, un modesto profesor del pueblo Rinconada, sacude su paciencia. Toma las armas y junto a sus alumnos decide llevar adelante el plan para vengar la muerte de Violeta, su esposa, asesinada por los senderistas.

Así empieza "De amor y de guerra" (Ed. Norma), novela de Víctor Andrés Ponce que ofrece una visión de lo que fue la subversión y la resistencia civil armada en el valle del Apurímac a finales de los años 80.

Sierra se halla en primera fila liderando la resistencia a Sendero Luminoso. Organiza las rondas campesinas en las que, como guerreros de la fe, se encuentran campesinos evangélicos quienes han llegado a la conclusión de que Abimael Guzmán y sus huestes son la Bestia a la que deben combatir.

El vengador ajusticia y derrota a los senderistas. Sin embargo, víctima de las intrigas de propios y ajenos, es detenido, acusado de violación de los derechos humanos y es llevado preso a Ayacucho. Allí, en su celda, decide reunirse con su difunta amada: se ahorca con su correa de los barrotes de su prisión.
 

-Si bien la violencia es el marco de la historia que narras, la tuya es una novela lírica.
-Esa es una apuesta de mi novela. Yo quería escribir una historia de un guerrero enamorado. Me ayudó mucho el lirismo de Los ríos profundos. Yo tenía que construir un personaje que llevara su humanidad a límites extremos en un contexto de violencia total.

-También narras la violencia senderista desde una histora de amor. ¿Cómo concebiste ese punto de vista?
-Mientras recogía testimonios, conocí a Pompeyo Rivera, el "Comandante Huayhuaco", el hombre que formó las rondas campesinas en el valle de Apurímac. Lo visitaba en Huáscar, Canto Grande. El estaba sin trabajo y vivía como podía. Un día le dije, "qué puedo hacer por ti". "Lo único que quiero -me respondió- es que dediques tu novela a mi esposa muerta, asesinada por Sendero". Por eso De amor y guerra lleva la dedicatoria "Para Alicia, esposa asesinada de un guerrero". Así hallé la clave lírica de mi novela.

-Tu novela describe la violencia senderista en esa zona olvidada del valle de Apurímac.
-Por mi formación y trayectoria política, digo, con respecto a Sendero, que hay una historia oficial y muchas historias olvidadas. Una visión de derecha afirma que el triunfo sobre Sendero se debió al Ejército. Los izquierdistas dicen que el campesino fue una víctima de la violación de los derechos humanos. Ambas visiones ubican al campesino como un ciudadano de segunda clase. No es así, el campesino tiene su propia historia.

-Un gran tema, los evangelistas se arman contra Sendero.
-Ellos toman las armas después de interpretar la Biblia. Se convencen de que Sendero es la Bestia que deben aniquilar. En la realidad, así sucedió. Los evangelistas en Apurímac se enfrentaron a Sendero.

-Para mí, el indio evangelista Lucio Sulluchuco era el gran personaje, sobre todo si era el líder de los guerreros de la oración. Es una novela que está por escribirse.
-Ha podido ser. Por lo otro, sí, debo confesar que la saga campesina recién ha empezado. Sulluchuco puede volver.

-Es la parte que más se ha difundido de tu novela, ¿verdad?
-Es que el periodismo levanta el tema que más le interesa.

-La novela pierde fuerza, se desajusta, cuando tratas de ser explícito en lo ideológico.
-En la novela, cuando buscas salidas y no las hallas, entonces buscas salidas prácticas.

-De comienzo a fin. Nicomedes habla con su esposa difunta. La novela es el diálogo con una muerta.
-Ese es el nudo lírico de la novela. Para mí, además de Arguedas, pesó mucho Hamlet. Cuando Hamlet habla con su padre muerto es por motivo de venganza. Cuando Macbeth conversa con su víctima muerta, es la culpa.

-O sea, Nicomedes se fue a la guerra por una mujer.
-Hermano, desde La Ilíada, vamos a la guerra por una mujer.
 

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