"La gatada se hizo para dar a conocer a Santa Efigenia"

Por José Gabriel Chueca
Fuente: Peru21, Lima 14/01/06

 

Muchos hablan de lo pluricultural que es el Perú, pero ¿cuántos se aventuran a vivir esa diversidad? Julio Luna Obregón es uno de esos pocos y, con su primer libro, Efigenia, la negra santa / Sabino Cañas, gestor de la tradición afroandina, nos invita a conocer la comunidad afroperuana.
 
"Mi interés por la cultura afroperuana data del año 96, cuando empezamos a hacer prácticas del curso de Cultura Peruana, en Cañete y Chincha. Abordamos la inmigración africana al Perú y a mí me interesó Santa Efigenia, que no está contemplada como San Martín de Porres o San Martín de Palermo...", afirma Julio Luna.
 
 
-Ellos son los otros santos negros...
Sí. También es conocido San Benito. Pero, aunque nadie tenía noticias de quién era ella, también se veneraba y se venera a Santa Efigenia. 
 
-¿Y cómo llegó usted a ella?
Algunos testimonios me llevaron a La Quebrada, en San Luis de Cañete. Allá empecé a indagar entre los pobladores, que pensaban que yo era periodista y me tomaban el pelo. 
 
-Además, son como muy desenfadados, ¿no? 
Sí. Pero me dijeron, finalmente, que esperara a Sabino Cañas, que era el responsable del culto a Santa Efigenia y que me llevó a donde estaba la imagen, la capilla de La Quebrada -aunque la patrona es la Virgen de El Carmen-. Cuando llegamos, la imagen estaba toda cubierta de polvo. 
 
-¿Cuál es la fecha de Santa Efigenia?
El 21 de setiembre de cada año. 
 
-¿Y por qué le interesó?
Porque es una de las santas preponderantes de este valle. Incluso, en Cañete, la han declarado patrona del arte negro. Aunque Sabino Cañas y yo nos hicimos muy amigos, lo que me preocupaba a mí era si esa imagen de la santa era verdadera. La verdad es que me apasiona la cultura afroperuana. Es como otro país dentro de nuestro país. La cultura costeña incluso, en la que vivimos, es muy diferente. Y uno solo la conoce cuando convive con ella, cuando comparte tiempo con las familias de El Carmen, en Chincha, por ejemplo. Esa experiencia me dio mucha tranquilidad y paz. En algún momento, hasta quise ser negro. Entonces, cuando vi a la santa, me quedé sorprendido. 
 
-¿Cómo es la imagen?
Tiene rasgos de blanca, pero es negra. Tiene cabello ondulado y una vestimenta que no señala una orden específica. La hacienda La Quebrada, según pude averiguar, en el siglo XVIII, perteneció a la orden de La Buena Muerte, que son los que tienen la tarea de acompañar a los que agonizan, para darles el bien morir; por eso les dicen también Los Agonizantes. La patrona de esta orden es la Virgen del Tránsito -se refiere al tránsito entre la vida y la muerte-. Ellos llevaron a esta capilla la imagen de Santa Efigenia, de la Virgen del Tránsito, del Cristo de la Agonía... y también una pintura de Cristóbal de Lozano, del siglo XVIII, donde está la asunción de Santa Efigenia. 
 
-¿Cuál es la historia de Santa Efigenia?
El primer país africano en evangelizarse fue Etiopía. Allá fue el apóstol Mateo, en el siglo primero. Cuando resucitó al príncipe del reino, el pueblo se convirtió al cristianismo, incluida la hermana del príncipe, que era Efigenia y que se hizo cargo de las vírgenes. Pero, después, Itarco, su tío, asumió el reinado y quiso casarse con ella. Mateo le hizo saber que no era posible porque ella estaba dedicada al Señor y, entonces, él, indignado, lo mandó a matar. Y Mateo murió por la espada de un sicario. 
 
-¿Y qué pasó con Efigenia?
Itarco mandó a incendiar la casa de las vírgenes, con Efigenia adentro. Pero, en pleno incendio, San Mateo se le apareció y le dijo que no temiera. Y el fuego se fue al palacio de Itarco, que tuvo que escapar y que, más tarde, enfermo de lepra, se suicidó. 
 
-¿Cómo se celebra la procesión de Santa Efigenia en Cañete?
La primera procesión oficial se hizo en 1995, organizada por Sabino Cañas. Sacaron la imagen en un anda y la acompañaron con festejo, tocado con bongoes y cajones. Sabino Cañas hablaba de Santa Efigenia y recitaba algunas décimas en las que relataba historias familiares, que hablaban de la resistencia de la cultura negra. Sabino falleció en 2002, con poco más de 40 años. Mi libro está dedicado a su memoria. 
 
-Estas procesiones también están asociadas a comer gato, ¿no?
Fue Sabino Cañas el que organizó la famosa 'gatada' en La Quebrada. ¿Qué estás haciendo?, le pregunto. Él me dijo, 'hay que atraer a la prensa. Además, si acá ya comemos gato, hagamos una gatada'. Pero llegó la Asociación Amigos de los Animales y hubo que esconder al gato. Al final, igual se siguió difundiendo la gatada, que era previa a la fecha central de Santa Efigenia. 
 
-Me decía que en algún momento quiso ser negro.
Es que la cultura afroperuana es riquísima, incluso en su lenguaje. Una vez que uno vive con ellos y escucha cómo hablan en realidad, da ganas de grabar todo lo que dicen. Un testimonio escrito al respecto es Monólogo para Jutito, de Antonio Gálvez Ronceros, que es muy divertido. Es que, en verdad, no conocemos la cultura afroperuana. Si vamos al Carmen es a vacilar, pero no a conocer realmente a estas personas.
 
 
Autoficha 
 
Nací en Lima, en 1958. Hasta el año pasado enseñé en San Marcos, en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, pero este año me estoy dedicando a la investigación. En el año 1985 empecé a participar en congresos con el tema de la cultura afroperuana colonial; pero, últimamente, me estoy dedicado a la cultura afroperuana de la época republicana. Me hice amigo de Sabino Cañas, impulsor del culto a Santa Efigenia... él organizó y publicitó la 'gatada', para darla a conocer. Convivir con las familias de El Carmen, en Chincha, por ejemplo, me dio mucha tranquilidad y paz.
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