Alfredo Bryce Echenique
Un solitario en excelente compañía Un solitario en excelente compañía

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Fuente: El Comercio, Lima 27/12/05

Lee muchísimo y sobre todo últimamente relee mucho más , comenta el autor de "Un mundo para Julius", quien acaba de publicar "Entre la soledad y el amor".

Soledad, amor, depresión y felicidad son los cuatro temas ejes en la obra del escritor Alfredo Bryce Echenique y en "
Entre la soledad y el amor", su último libro, aparecen en medio de ensayos y crónicas que nos devuelven la faceta reflexiva del autor, además de aquellos sentimientos que los personajes de su obra nos hacen sentir y vivir inevitablemente.

A propósito de esta reciente publicación, Bryce, quien este año presentó también "
Permiso para sentir, Antimemorias 2", respondió desde Barcelona y en vísperas de Navidad, a estas preguntas que le enviamos por correo electrónico. Aquí sus respuestas.
 

El tema de la soledad es recurrente en su obra y en esta publicación no es la excepción. Es de esperar que escribir sobre la soledad le haya permitido procesarla en su vida personal. ¿Cree, por ejemplo, que un escritor es una suerte de corredor de fondo?
Puede, sí, calificarse a un escritor como "un corredor de fondo", en la medida en que su trabajo se hace a solas, lentamente, en largas etapas cuya meta sólo la establece el tiempo. En cuanto a mi vida personal, creo que la soledad ha sido sobre todo una excelente consejera literaria. Leo muchísimo en mis largos encierros y releo aún más, sobre todo últimamente. Y todo esto me anima a escribir y sin duda entre esas largas relecturas y la música que escucho y las horas que escribo, transcurren largos períodos de soledad sin que uno se siente necesariamente solitario. Por lo demás, he dicho siempre que soy un solitario que vive en excelente compañía, sobre todo en los meses del año que paso en Lima.

Pareciera que en el caso del ensayo no se le presenta el problema de la extensión como le sucede en la narrativa. ¿Es posible afirmar esto?
El ensayo es indefinible, por ser esencialmente un género sin reglas. Lo que ocurre en este libro es que desde el comienzo me di cuenta que la intensidad debería imponerse sobre la extensión y la precisión sobre cualquier digresión de corte literario.

Usted comenta que "solo mediante un buen uso de nuestra soledad aprenderíamos a vivir tan bien con nosotros mismos como con el otro". ¿Ha logrado hacer un buen uso de su soledad?
Creo que mi respuesta a su primera pregunta me permite responderle afirmativamente. Yo realmente suelo sacarle el jugo a la soledad.

Ha mencionado alguna vez que ficción y realidad son territorios con límites difusos. ¿Qué sucede cuando escribe ensayos?
Sucede exactamente lo mismo. Mucho de la experiencia que he empleado para escribir estos textos sobre el amor, la soledad, la enfermedad o la felicidad proviene de novelas, cuentos y poemas sobre este tema.

Menciona en su libro que "la soledad es signo de una decepción íntima... cuando la realidad decepciona a nuestra imaginación". Si en su caso, entre ficción y realidad no hay fronteras, ¿cuál de ellas lo ha decepcionado?
Créame, por favor, que ni la literatura ni la vida me han decepcionado. Y lo que le digo es fruto de un balance. Uno puede tener decepciones literarias (un libro que no le gusta cuando esperaba mucho de él) y personales (una persona que "no estuvo a la altura"), pero muy pronto surgirán otras experiencias que a ambos niveles le hagan sentir plenamente colmado.

Señala que tanto la salud de nuestro cuerpo como la felicidad son estados normales siempre y cuando permanezcamos entre aquellos que se apegan a la norma del "ser", a su más conveniente equilibrio. ¿Qué nos ha sucedido entonces: lo hemos olvidado? ¿Qué cree que sucede en países como el nuestro?
Yo hablo sencillamente de un equilibrio establecido por la experiencia de la vida permanentemente respetado. No creo que nuestro país sea excepcional en este caso, pues violencia, por ejemplo, la hay en todas partes, pero un equilibrio tan feliz como el de nuestra gastronomía que lo mezcla todo al tiempo que todo lo conserva esencialmente, puede ser fruto de un muy intenso goce sensorial.

Amor de pareja y melancolía es una dupla presente en su obra. Así como ha escrito "Soledades contemporáneas" en donde transita por las variantes de la soledad en nuestros días. ¿Cree que podría hablarse de "melancolías y amores contemporáneos"?
Yo creo que sí, que se puede hablar por ejemplo de "melancolías y amores contemporáneos", como usted sugiere, pero sin olvidar que ambos conceptos son al mismo tiempo tan ancestrales como la vida misma: vienen de muy atrás y, a su vez, se encarnan en un tiempo presente.
 

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