Secretos de familia

Por Manuel Eráusquin
Fuente: Correo, Lima 23/05/10 http://www.correoperu.com.pe/correo/nota.php?txtEdi_id=4&txtSecci_parent=0&txtSecci_id=82&txtNota_id=357684

Alonso Cueto vuelve al género policial con La venganza del silencio (Planeta, 2010), novela que explora secretos familiares, interrogantes de un pasado que es una caja de Pandora y que determina un presente oscuro.

Correo: El principio de la novela aborda el tema de la infancia, pero enfocado en relación a la pérdida, a la muerte...
Alonso Cueto: Claro, al inicio de la novela el personaje afronta la pérdida, la muerte de sus padres, y éste es un momento crucial en la existencia del personaje, porque cada vida comienza cuando se descubre el mal, la temporalidad, la naturaleza efímera, y se asume la mortalidad del ser humano.

C: Un descubrimiento que varía según la experiencia de cada persona...
AC: Sí, y se percibe el mal como una irrupción violenta y totalizante. Y claro, hay personas que descubren el mal y la muerte a temprana edad, y otras muy tarde. Sin embargo, esta experiencia de pérdida, de muerte, va a definir y determinar al personaje. Y en cierto sentido esto lo convierte a él en un observador más expectante, más atento, y él es el narrador de la historia.

C: Tú has tenido una experiencia similar. Tu padre falleció de una manera intempestiva cuando eras un niño.
AC: Sí. Yo vivía en una familia muy unida, donde había muchos libros, muchos estímulos intelectuales y emocionales, y que te daba una sensación de estabilidad y felicidad. Pero en un momento, de manera intempestiva, cuando se presenta la muerte de mi padre por un aneurisma, ese mundo cambia. Y de alguna manera eso influyó en mi vocación literaria. Recuerdo que en el verano siguiente a la muerte de mi padre, yo había leído mucho a César Vallejo y había quedado obsesionado con su poesía, pues veía reflejada en sus poemas la situación de orfandad, de aislamiento, de soledad que yo mismo sentía. Y me preguntaba cómo un poeta que había muerto mucho antes de que yo naciera, podía haber sentido esas emociones que he mencionado.

C: Fue un descubrimiento...
AC: Mira, creo que en ese momento descubrí el poder que tiene el lenguaje, el poder que tiene la palabra, sobre todo en el lenguaje literario. Y de alguna manera la literatura es una manera de expulsar, compensar las experiencias que uno tiene acumuladas, a veces sin que uno sepa que existen, que viven dentro de uno en algún lugar. Y que tienen que ver con tu situación, con tu resentimiento o con la rabia que sientes. En ese sentido, creo que escribir es mostrar esas sensaciones que estaban reprimidas, y creo que cuando uno escribe encuentra ciertas verdades. Definitivamente, la literatura es una forma de liberación.

C: Ahora, la familia protagonista de tu novela es el reflejo del conservadurismo y del clasismo máximo de Lima.
AC: Absolutamente conservadora, clasista y típica del mundo tradicional limeño. Pero a mí lo que me interesaba era reconstruir esa casa, porque esa casa donde ellos viven es un microcosmos de la sociedad, es una confluencia de personas de distintas clases sociales. Gente de clase alta, de clase baja, blancos y negros.

C: También aparece la figura del outsider, del desclasado, que en todo caso es el sobrino que investiga la muerte del tío.
AC: La razón por la que él tiene una cierta distancia en relación a la forma como actúa su familia, es que su principal nexo, sus padres, han fallecido. Pero una de las cosas que más me interesaban era ver cómo a través del crimen uno puede descubrir cosas de la sociedad. Temas como la muerte o el amor nos van develando quiénes somos en realidad.

C: Otro tema que expone la novela es el doble discurso, que se manifiesta en más de un personaje.
AC: Mira, las familias esconden, por lo general, todos los secretos que tienen que ver con elementos perturbadores en un baúl, que se convierte en una caja de Pandora. Me parece que lo fundamental está justamente ahí, pero para que la familia marche y siga caminando con normalidad es necesario que esos secretos sigan siendo secretos. Creo que el escritor y el investigador se parecen en cuanto a que ambos buscan más allá de las apariencias, buscan en los corazones oscuros de las instituciones, de las personas. Es buscar qué hay detrás de la máscara que se colocan, la que les permite ocultarse.