A pesar de que la cultura es la morada del hombre, vivimos en un ambiente cultural que resulta en muchos aspectos hostil a la vida y al auténtico desarrollo de la persona humana.
El Cardenal Poupard diagnostica el centro de la problemática de nuestro tiempo en torno a la cuestión de la verdad. La búsqueda de la verdad, inscrita en lo más profundo del corazón del hombre, constituye el dinamismo fundamental de la vida de las universidades.
Ellas pueden favorecer una renovación del pensamiento, y crear espacios de reflexión sobre las preguntas fundamentales de la existencia. La tarea de forjar una cultura de la verdad encuentra, por tanto, en la universidad un ámbito propicio.