Hay voces que nos atrapan violentamente y nos arrastran por senderos psicológicos oscuros y escabrosos; senderos que se dan implacables, irreversibles, y conllevan un inevitable desmoronamiento hacia la nada. La voz principal de esta novela brota de las páginas de un diario escrito a lo largo de mucho tiempo, el mismo que se prolonga hasta el año 2020. Es la voz de alguien clínicamente depresivo, un personaje que –el lector ve sin tregua. Se convierte en un espejo donde el lector ve reflejadas sus propias obsesiones alrededor de lecturas, viajes, amores y –muy intensamente- sobre el tránsito de la vida hacia la muerte. (Braulio Muñoz)