El siglo XIX en Bolivia, al igual que en muchas partes de América Latina, sigue siendo una centuria desconocida. Es como si entre el agotamiento de los fabulosos yacimientos de plata de Potosí y la legendaria aventura de los Patiño y de los Aramayo con el estaño existiera un vacío parcialmente cubierto por las acciones de rústicos caudillos. Este libro reflexiona acerca del proceso que generó la desintegración de un espacio articulado en torno a la producción de Potosí y que ocasionó la hoy bien conocida vulnerabilidad de la minería boliviana. Para el autor, la acción conjunta de la tecnología y del capital internacionales, absolutamente indispensables para elevar la productividad como respuesta al derrumbe de los precios de la plata desde el último tercio del siglo XIX, terminaron por fracturar la eficiente integración del sector minero con el conjunto de la economía boliviana, para colocarlo a merced de las erráticas fluctuaciones de la economía internacional.