En el curso de su vida institucional, el ejército peruano sufrió frustraciones y a veces traumas síquicos, debido a determinadas coyunturas históricas. Para superarlos, y cicatrizar las lesiones producidas, se emplearon mecanismos de defensas varios, que generaron a su vez cambios en el pensamiento y comportamiento militar. De tales frustraciones y los cambios experimientados en los últimos cien años de vida institucional se ocupa el presente libro. Lo hace en análisis veloz, sin profundizaciones científicas, sin pretenciones académicas, sin ínfulas literarias, pero también sin limitaciones conceptuales ni frenos ideológicos. Sus interpretaciones se basan en documentos históricos, pero, sobre todo, en el conocimiento íntimo y profundo de una institución dentro de la cual vivió el autor buena parte de su existencia, actuando, sintiendo y pensando en función militar, pero pensando, sintiendo y sufriendo también en dimensión humana.