Guillermo Mercado es indudablemente una de las grandes figuras de la poesía arequipeña del siglo XX. Su obra, que al inicio destilaba el más puro sabor indigenista, derivó luego al canto panegírico de la ciudad, rodeada de campiñas. Pero desde el inicio, su poesía mantendrá atizado el fuego de la justicia social, motivada por la situación del indígena. Aunque dedicara sentidos versos al paisaje serrano o lo describiera amorosamente, siempre expresó una sentida preocupación por las injusticias sociales, una demanda en pro de su abolición, una cierta mística revolucionaria. El libro contiene lo mejor de su obra. Dirige la colección César Delgado Díaz del Olmo.