¿Qué tienen en común una mosca comediante, un perro cantante, un panal de abejas empresarias y un loro de altamar? ¿Qué comparten un espantapájaros melancólico, un elefante malgeniado y un microbio solitario?
Tal vez que unos conocen la aventura de convertirse en lo que anhelan ser, mientras los otros necesitan que un amigo o una buena historia los animen a descubrirla.
En Plumas, pelos, patas, Hermann Montalván nos recuerda que los mejores relatos no solo nos hacen reír e imaginar, sino también nos preparan para la búsqueda más importante: la de vivir, crecer y perseguir sueños.