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Editar en Arequipa tiene sus ventajas
Editar en Arequipa tiene sus ventajas

Entrevista a José Córdova, Editor de Cascahuesos Editores (Arequipa)
Por Virginia Vílchez
Lima, marzo de 2009
 

Arequipa, considerada como la ciudad cultural del Perú, alberga a la joven y pujante editorial Cascahuesos Editores que, a fines del 2009, espera tener un catálogo de quince libros publicados. Para José Luis Córdova, editar en Arequipa tiene sus ventajas: “existen buenas imprentas, con maquinarias de última generación, buenos diseñadores, buenos correctores de estilo, buenos escritores, pero sobre todo la fraternidad regional o macroregional con la gente de Puno y Cusco”. Sobre los escritores arequipeños, Córdova nos comenta que en su mayoría son jóvenes y no son de Arequipa, lo que está haciendo que la literatura escrita en Arequipa sea más diversa, más heterogénea. “Cada uno le está aportando a la herencia de Melgar o Hidalgo otro lenguaje, otras influencias, otro ritmo, otra forma de ver a la ciudad o su población, lo cual implica un positivo enriquecimiento”, explica. Córdova nos cuenta también sobre los inicios de Cascahuesos, los libros que publica, sus proyectos de diversificación y lo difícil que es constituir una editorial donde no existe un centro de formación de editores.

Cuéntanos los inicios y el por qué de Cascahuesos Editores.
- Cascahuesos Editores nace, como todas las cosas, por una necesidad. En Arequipa había una necesidad: que exista una Editorial que al momento de publicar, haga una “edición del libro”. Hasta hace poco existían algunas editoriales que hacían ese trabajo; por ejemplo Grita (que pertenecía a una ONG y que ahora ha desaparecido), Claraboya, o Lago Sagrado, pero poco a poco han ido desapareciendo…

¿Lago Sagrado no es una editorial de Puno?
- Elard (que es el director) trabaja entre Puno, Lima y Arequipa; ahora nos hemos enterado que está aquí (Lima), haciendo proyectos para el Plan Lector. Entonces, ya desapareció, pero ha dejado una buena colección de libros, sobre todo de escritores arequipeños. Pero volviendo al tema de las editoriales en Arequipa, también está la Universidad Nacional de San Agustín, pero la universidad no se dedica a editar libros, sólo los imprime. No hay el cuidado de la edición. Y las universidades Católica y San Pablo tienen sus imprentas, pero su acceso es más difícil que la UNSA.

Y sobre los inicios de ustedes…
- Cascahuesos nace a fines de 2007. Mucho antes ya se pensaba en constituir alguna editorial (por ejemplo, el grupo Triángulo, publicó sus libros bajo el nombre de su agrupación, al igual que Enroque y más versos; parecido es el caso de Claraboya. Los demás sólo fueron intentos donde se llevaron las cosas de una forma muy personal, íntima, o muy secular, pues, -como en todas las épocas-, se reunían los grupos, publicaban sus plaquetas y luego creían que eso ya era una editorial; sin embargo, nadie sabía cómo se hace). Entonces, cuando nos juntamos un grupo de muchachos, entre ellos Arthur Zeballos y yo, decidimos empezar con esta aventura. La idea era hacer un único y gran sello editorial; sin embargo, semanas después, todos comenzaron a desertar. Por ello Arthur y yo volvimos a convocar a nuevos chicos y entre ellos aceptaron Filonilo Catalina y Maria del Pilar. Entre los cuatro hicimos un proyecto empresarial. Para ello buscamos información acerca de lo que significa ser un editor y cómo realizar el trabajo de una Editorial: la recepción de textos, la lectura y evaluación, la corrección, la diagramación, el diseño de tapas y todo lo demás que tiene que ver con la edición, los requerimientos para el mercado, y las ventas.

En el Perú no hay una escuela de editores.
- No. Incluso en las facultades de Literatura del país no se enseña. En otras universidades latinoamericanas existen cursos de edición de libros; además, se publican bastantes libros sobre edición. Nosotros logramos conseguir un libro de Argentina donde se especificaba a grandes rasgos cuál y cómo es la labor editorial. Nos informamos con ello y pudimos constituir la empresa. El nombre es un adjetivo que se les da a los arequipeños. Los limeños les dicen “casca huesos” a los arequipeños y los arequipeños a los limeños: “mazamorreros”. Entonces, nos gustó el nombre: Cascahuesos. Y también ha gustado y sigue gustando el nombre; por ejemplo en Puno conocí al poeta Vladimiro Herrera y cuando le comenté sobre la editorial, me dijo: “Cascahuesos… ése es un buen nombre para una editorial, ¡salud!”.

En Arequipa, en este momento, ¿cuántas editoriales existen?
- Formales, sólo la nuestra; pero hay editoriales que están trabajando, no sabemos hasta cuándo, porque por lo visto hasta ahora, sólo son proyectos personales. Está Dragostea, que ha editado una colección de textos interesantes a los cuales han sumado su revista, algunas plaquetas y trifoliados. Después, está la librería El Lector, que también edita, aunque no conozco sus ediciones. Luego La Universidad Católica San Pablo que tiene su fondo editorial, pero ellos publican libros de sus docentes, igual que la Universidad Católica de Santa María. La Universidad San Agustín publica libros pero no tiene una noción de edición. Publica cualquier cosa, libros muy buenos y libros que no son de interés. Lo demás son sólo imprentas.

Su proyecto seguramente contempla también la necesidad de una rentabilidad que asegure la continuidad de la empresa; en ese sentido, ¿cómo hacen la selección de lo que publican? ¿Publican a todo aquel que lo pida? ¿Financian ustedes los costos de edición o es el autor quien cubre dichos costos?
- No publicamos a todo aquel que lo desee; pues hay un proceso de evaluación, aparte de pensar en el mercado. El mercado puede consumir cualquier tipo de libros; nosotros nos orientamos exclusivamente a la literatura, aunque también queremos publicar ensayo o crítica. Y para ello, siempre hay cánones para calificar un libro. Si bien es cierto que se escribe mucha poesía o narrativa, la misma que se quiere publicar de inmediato, el hecho de ser editores nos permite tener ciertos cánones para poder medir y, desde nuestra perspectiva empresarial, decirles “es un buen libro”, “le falta más trabajo” o “no podemos publicar su libro”. Con respecto a la inversión, bueno, como recién estamos empezando, estamos arriesgando casi todo lo que tenemos, pero no en el sentido de que le tenemos mucho amor al arte, sino porque sabemos que poco a poco vamos a ir abriéndonos paso. Por ahora, la mayoría de los autores han corrido con los gastos de edición, y nosotros hemos cumplido muy bien nuestra función. Ahora, por ejemplo, hemos venido a Lima a presentar un libro que hemos editado en Arequipa, el libro de Maurizio Medo. Además tenemos más proyectos; por ejemplo, dentro de poco, publicaremos un libro de Enrique Verástegui. De alguna manera, eso nos ayuda a abrirnos en el mercado e ingresar con textos de buena calidad que es lo que nos interesa finalmente.

¿Prioriza Cascahuesos la publicación de autores arequipeños?
- Por supuesto. Como empresa editorial nos orientamos a un mercado nacional e internacional al que queremos mostrarle los escritores que tiene Arequipa (o que viven en Arequipa). En nuestro catálogo tenemos dos escritores arequipeños, uno de Lima (que vive en Arequipa), un iqueño y un escritor chileno, pero pretendemos arriesgarnos por los escritores arequipeños. Es una de nuestras metas principales.

Hablabas de la edición y la difusión. ¿Y la comercialización?
- Como hasta ahora los editados han corrido con los gastos de edición, llegamos al acuerdo de que ellos también se hagan cargo de la comercialización. Les entregamos casi todo el tiraje y solamente nos quedamos con un pequeño porcentaje que nos sirve para ayudarles a difundir su texto, tanto en los medios de comunicación, las revistas, o la crítica especializada, y presentándolos en cuanta actividad literaria haya. Lo que sí está a nuestro cargo es la presentación oficial del libro. Luego, con el dinero de estos primeros libros, estamos haciendo un fondo editorial que nos permita, más adelante, empezar a pagar ediciones, a pagar derechos de autor y quedarnos con las ediciones y comercializarlos como empresa.

¿Conocen los mecanismos de comercialización?
- Sólo en Arequipa. Allá estamos trabajando con tres librerías: El Lector, la librería de la Universidad San Agustín y la librería San Francisco. En SBS y Z es un poco más difícil; ellos quieren que primero mandemos los libros a Lima; aquí los evalúan y de aquí nos dan la respuesta. Ese es un trámite que nos parece muy excesivo. Ahora que estoy aquí he estado conversando con algunas librerías importantes para ver acerca de la venta de nuestros libros, y ya tengo alcances para que la siguiente vez que venga, deje una colección de libros editados que hasta ahora hemos publicado.

Hasta el momento ustedes han publicado solamente poesía, pero la poesía siempre es un género de difícil comercialización. ¿Han pensado diversificarse?
- Este año también vamos a publicar cuento y ensayo; sólo nos faltaría la novela. Todavía no tenemos contacto con los novelistas. Generalmente con ellos existen pagos, ya que la narrativa se vende más, o al menos, es lo que pretenden. Pero como te decía, este año publicamos un libro de cuentos, una antología del cuento arequipeño reciente, y además, hay un cuentista arequipeño que ha publicado hace pocos años aquí, con Bizarro ediciones y que nos ha alcanzado un libro suyo para editarlo; aún estamos en conversaciones. Y en cuanto a poesía, tenemos bastantes libros para publicar, hay muchos poetas en todo el mundo. Y Arequipa no es la excepción.

¿Realizan todo el proceso de edición e impresión en Arequipa, o vienen a Lima para la impresión?
- Todo es hecho en Arequipa: desde la edición hasta la impresión.

¿Existen allá algunas dificultades para la edición?
- No hay dificultades. Las imprentas tienen maquinaria de última generación y el papel está barato. Me parece que el costo es similar al de Lima y es probable que sea un poco menos, pero eso depende del tiraje. Ahora, para abaratar nuestros costos, estamos viendo la posibilidad de traer papel desde Bolivia. Eso nos ayudaría bastante a abaratar nuestros libros, tanto para el autor como para el consumidor de libros.

El libro de Verástegui es el primero en el que van a invertir. ¿Tendrán que ocuparse de la comercialización?
- El libro de Enrique Verástegui (que sale en coedición con Sol Negro Editores) es el primer libro y ahora sí tendremos que preocuparnos un poco más, tanto porque es nuestro sexto libro y porque este año pensamos publicar un promedio de diez libros. Por fin nuestro catálogo será diverso, y puesto que el mercado exige variedad, tener un catálogo de unos quince libros nos permite ir a cualquier lugar y empezar a negociar.

¿Están en permanente contacto con los autores que publican? ¿Cómo les va comercialmente?
- La mayoría de poetas (incluidos los que hemos publicado) saben, de alguna manera, que es difícil comercializar un libro de poesía. Ellos son los que invierten. Sin embargo, sabemos que a nuestros autores les va bien porque el asesoramiento nuestro les ha ayudado a que sus libros se vendan, puesto que hemos mejorado su edición: han salido libros hermosos lo que, de alguna manera, les está permitiendo poder venderlos. Además les hemos ayudado a ponerlos en las librerías. Hasta ahora no recibimos quejas.

Ustedes, como editorial, ¿viajan a ferias y encuentros?
- Regularmente sí. Por ejemplo, el año pasado vinimos para el I Encuentro Nacional de Editores, y la FIL nos cedió un stand gratuito para todos las editoriales que no son de Lima. También hemos ido a Puno a un encuentro sur peruano de escritores, y en esas mismas fechas Arthur fue invitado al festival Poquita Fe que se realiza en Santiago de Chile, donde se realizó más allá de las lecturas poéticas, un intercambio de experiencias sobre el quehacer editorial en Latinoamérica. Ahora bien, para este año tenemos invitaciones para ir a Tacna a intercambiar propuestas con una editorial de allá. Luego, aquí en Lima, hay un proyecto de hacer un encuentro nacional de escritores jóvenes y, si se lleva a cabo, probablemente estemos en él con todos nuestros libros. También para fines de año tenemos la Feria del Libro de Arequipa y, posteriormente, en Chiclayo, se llevará a cabo un Festival Internacional de Poesía a donde iremos para presentar la editorial. También iremos al Cuzco; o sea, de alguna manera estamos moviéndonos.

El contacto que han tenido en las ferias y encuentros con editores de otras latitudes, les habrá permitido comparar la situación editorial en el Perú en relación con otros países. ¿Qué nos podrías decir al respecto?
- Por lo que me contaba Arthur, en Santiago se llegó a la conclusión de que editar en el Perú era más barato. En Poquita Fe había editores “independientes” de Argentina, Uruguay, Chile, México, y Colombia, y se llegó a la conclusión de que el Perú era el sitio ideal para editar, por sus bajos costos; por ejemplo en el caso de Argentina ha habido mucha inflación y lo que antes era uno ahora cuesta cinco; además, antes, las editoriales estaban subvencionados por el Estado. Por eso, muchos escritores latinoamericanos se están animando a editar aquí, tanto con Cascahuesos, como con Lustra o Sol Negro. Y eso me parece ventajoso; por ejemplo, ahora tenemos algunos escritores de México y Chile que quieren publicar con nosotros. Quizá la única desventaja por ahora sea que no se tiene idea de cómo sacar los libros fuera del país, de exportar los libros, dado que no manejamos un gran capital.

Para ti, ¿cuáles serían las ventajas y las desventajas de editar en Lima o en regiones, como Arequipa?
- La ventaja en Lima es el mercado, pues lógicamente es más amplio. Lima tiene 8 millones de consumidores y Arequipa tiene 800 mil. Digamos que la proporción en cuanto a compradores de libros es de 10 a 1. Por lo demás, no hay otras ventajas. En Arequipa hay buenas imprentas, buenos diseñadores, buenos correctores de estilo, buenos escritores y quizá, lo que puedo rescatar es que allá, lo que nos mantiene es la unión, la fraternidad regional o macroregional con la gente de Puno, Cuzco… Otra desventaja también con Lima es la distancia, creo que Lima tiene mayor acercamiento con Trujillo.

¿Cómo es el proceso actual de la literatura en Arequipa?
- Lo que sucede ahora en Arequipa es un proceso “ochentero” o “setentero” por la que ha pasado Lima: recién se están empezando a ver los efectos de la inmigración. Sólo para darte un ejemplo, la mayoría de los escritores arequipeños relativamente jóvenes, no son de Arequipa (cosa inversa a lo que sucedía antes de los 90), y eso está haciendo que la literatura escrita en Arequipa sea más diversa, más heterogénea; cada uno le está aportando a la herencia de Melgar o Hidalgo otro lenguaje, otras influencias, otro ritmo, otra forma de ver a la ciudad o su población, lo cual significa que ahora hay un positivo enriquecimiento.

O sea que en Arequipa ya no hay arequipeños
- Claro, y esto se está consolidando; recién se está empezando a ver los frutos de la migración. Arequipa ahora está creciendo tremendamente y lo bueno es que no sabemos qué va a pasar luego.

¿Cuáles son los medios de difusión que utilizan?
- Generalmente los Blogs, que son las nuevas herramientas que también utiliza el consumidor. Además la Internet es una gran ventana y la mayoría de editoriales “independientes” tiene su Blog. Por otro lado, en Arequipa tenemos un medio importante que nos ayuda en la difusión de nuestras ediciones: el semanario El Búho. Los demás diarios no tienen interés, y los dos canales locales de TV. abierta que hay en Arequipa no se interesan por la cultura.

¿Existe crítica literaria en el Perú?
- Todos somos críticos. Los peruanos somos muy criticones (risas). Pero hablando de crítica literaria especializada, ésta no existe, o aún está en proceso de formación; quizá el último gran crítico ha sido, para mí, Antonio Cornejo Polar. Y lo digo porque un crítico es el que ve más allá de lo que dice un texto literario, va hasta la médula misma de lo que lee y no sólo se queda en el “hueso”; y, además, lo que es fundamental, propone teorías.

Por último, como editor, ¿qué opinas de la Ley del Libro?
- Más que decir si la ley es buena o es perjudicial, habría que decir que lo mejor sería que se ejecute primero; luego se podrá ver qué está mal (lo que suponemos son poquísimas cosas) y qué está bien. De alguna manera, sabemos que necesitamos ciertos incentivos, algunas exoneraciones, -como sucede en otros países-, sobre todo en la impresión y el costo del papel. Habrá que esperar o, si no, juntarnos todos los editores. Eso es más o menos lo que se proponía el I Encuentro Nacional de Editores que se realizó el año pasado en el Centro Cultural de España, es decir, que los mismos editores cojan las riendas de la Ley del Libro y las pongan en práctica.

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