Por María Luz Crevoisier
Fuente: El peruano, Lima 20/09/12
http://www.elperuano.pe/Edicion/noticia-un-hombre-letras-48589.aspx
No siempre las referencias bibliográficas ayudan a conocer a un personaje importante. Es el caso del educador y prolífico intelectual Antenor Samaniego, que no obstante haber desarrollado una vasta obra literaria, es un desconocido entre nosotros.
Para subsanar el olvido en el que se le tenía a Antenor Samaniego, la periodista Lita Velasco Asenjo debió realizar un arduo trabajo de investigación en coordinación con las hijas del maestro –Silvia y Doris– y la Casa del Poeta Peruano, recorriendo diferentes espacios en donde se evidenciara la presencia de Samaniego.
Una vez logrado ese objetivo, se ofreció un homenaje a este distinguido docente en la Casa de la Literatura, el 30 de agosto, fecha de su natalicio, con la participación de decimistas, jóvenes poetas, un alumno del centro escolar Bartolomé Herrera y un dúo mixto folclórico de Huancayo.
¿Pero quién fue este "prolífico escritor", como lo califica Luis Alberto Sánchez, o al decir del dramaturgo Juan Ríos, un "maratón gigantesco"? Nació en el distrito de Sicaya, Junín, el 30 de agosto de 1919. Realizó los estudios profesionales en la Universidad de San Marcos, donde se licenció en Humanidades y recibió el doctorado de Educación.
Antenor Samaniego, a quien recordamos como autor de nuestros textos de consulta escolar en la secundaria, le dedicó 40 años de su trabajo a la enseñanza. Catedrático principal en el Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Villareal, se desempeñó también como profesor en numerosos colegios como el Bartolomé Herrera o el Leoncio Prado. En este último tuvo como alumno a nuestro laureado escritor Mario Vargas Llosa.
Junto a Sebastián Salazar Bondy, publicó dos poemarios: Rótulo de la esfinge (1943) y Bahía del dolor (1950). Otros poemarios suyos son Cántaro (1944), El país inefable (1948), Oración y blasfemia (1955), entre otros. En 1983, año de su desaparición, sale a la luz, gracias a su esposa, Poemas de otoño.
En 1955, obtiene el Premio Nacional por un ensayo sobre Vallejo, obra que es publicada por Juan Mejía Baca. En la contratapa se lee que este es el primer trabajo orgánico que se ejecuta en Perú sobre el vate "de acuerdo con los postulados de la crítica moderna".
Entre su obra narrativa se encuentran las novelas Lobos y no corderos y Del barro nació la luz y la colección de cuentos Oligarcas de ponchos y foete. Algunas piezas de teatro suyas son La mercenaria y El hechizo, esta última representada durante un año en el teatro Segura. Este intelectual, que perteneció al grupo denominado Poetas del Pueblo, también cultivó la pintura y la escultura.
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