Eleazar Moreno Bustos
Asedios a la novela "La calle en el mar"

Por Gloria Díaz Azalde
Fuente: Librosperuanos.com
Octubre, 2016

Contextualización de la novela
El autor de "La calle en el mar" (Ornitorrinco, 2016), Eleazar Moreno Busto, nació en Casma en el año 1960 e hizo sus estudios de primaria y secundaria en su lugar de nacimiento, como él lo confirma; posteriormente, se hizo autodidacta con la experiencia que le dio la vida, aprendiendo de todo lo que le puede brindar la calle que, como nos manifiesta, fue su mejor maestro.
 
Esta novela se ubica dentro del contexto histórico del gobierno militar, esto lo podemos determinar por los modos de vida y la forma de pensar de los personajes. Como afirma el escritor italiano, Claudio Magris, que “quien narra una historia, cuenta el mundo”. (La narración es un vehículo para entender la realidad y para comunicarnos con los demás).  En esta obra nos ponemos en contacto con una realidad vivida en el Perú, con los abusos cometidos por las fuerzas armadas y el mismo Estado en un afán de controlar la subversión y el terrorismo, actuando frente a culpables e inocentes.
 
Ubicando la obra dentro de una época o movimiento literario, podríamos situarla dentro del realismo social, que involucra la denuncia de un Estado que se niega a ver las necesidades de los jóvenes “de la calle”. Esa comunidad que vive organizada, con sus propios códigos, a manera de leyes, que es unida para ser más fuerte y menos vulnerable ante todos los peligros que los acechan como seres individuales. Ellos ubican un espacio y se protegen. 
 
En esta novela se respira un aire de novela testimonial por tener un carácter historiográfico, pero a la vez subjetivo, porque puede mostrarse como una ficción, pues los hechos ocurrieron y el lector lo descubre o lo sabe, pero tiene la imposibilidad de mostrarse como algo verídico, porque lo real no se describe “tal cual es”; sin embargo, lo específico está en el modo en que resuelve la intersección entre lo ficcional y lo real.
 
La novela en cuestión
Los hechos suceden encarnados en elementos cotidianos, con referencias explícitas a la labor de Leandro, un talabartero, y su hijo Martín, un joven de la calle, aspirante a boxeador, haciendo predominar la euforia y alegría y también emociones de odio traducidas en un lenguaje violento y procaz. Dos protagonistas de una historia nefasta, con un viento soplándoles en contra. Una mujer símbolo, Marta, quien valientemente se enfrenta “al poder” queriendo transformar la sociedad y encuentra la muerte después de ser torturada. Un elemento importante a manera de personaje colectivo, es el que conforman los integrantes de una pandilla, todos con sus apelativos particulares y sus propios líderes, entre los cuales está Martín; mientras que Leandro, el padre, no puede escapar de la sombra de su pasado vinculado a acciones secretas y subversivas que lo alejaron de su hijo durante los trece años que permaneció en prisión, por eso se siente culpable de ese abandono que empujó a su hijo a refugiarse en la pandilla, tratando de recuperarlo con acciones didácticas y mensajes políticos.
 
Haciendo una reflexión con la teoría literaria, podemos decir que el pacto narrativo entre el autor implícito y narrador, nos conduce por ese mágico pasadizo entre la novela y la vida en que como lectores nos abandonamos por completo al autor del libro. Julio Cortázar nos dice: “abrir un libro, es aceptar un trato con el autor”.
 
Como caracteres de los dos principales personajes podemos mencionar que el padre es un hombre maduro, aplomado en sus actos y reflexivo frente a los acontecimientos porque ha vivido en carne propia, las torturas, traiciones, desencantos y la pérdida de su compañera de lucha y madre de su hijo. Mientras que Martín es el hijo rebelde, violento y desconfiado, que ha aprendido en la calle la psicología de la hostilidad; y defenderse en aquella es una lucha por la vida día a día. Al único ser que él escucha sin contradecir es a su abuela que lo acunó desde pequeño, pero ella guarda celosamente un secreto: es la fatalidad que ronda en la vida del nieto.
 
Las técnicas narrativas
La novela está narrada en forma lineal, es decir siguiendo un orden cronológico en los acontecimientos desde que se inicia hasta que termina. No hay una ruptura del tiempo. Los sucesos se focalizan de manera ordenada.
 
El espacio narrativo, como marco físico donde se desarrollan los hechos, es el puerto de Chimbote.
 
El tipo de narrador es omnisciente, o sea “el todopoderoso” que todo lo ve y sabe lo que quieren y sienten cada uno de los personajes, sabe de sus sentimientos, intenciones, planes, etc.
 
Por la forma de escritura es una novela dialogada.
 
El protagonista principal es redondo porque nos sorprende psicológicamente y evoluciona a lo largo de la novela.
 
Nivel de lenguaje
Es complejo y mixto ya que tiene diálogos de apreciación estética y contenidos filosóficos con abundancia de adjetivaciones  y otros de excesiva coprolalia, chocantes al buen gusto.
El esquema estructural es el clásico: planteamiento, nudo, clímax y desenlace.
El final es cerrado puesto que termina con la muerte del personaje principal.
 
Conclusión
Para tener una visión completa de la obra y valorar esta primera novela del autor, hay que leerla en su totalidad ya que la temática aquí propuesta tiene un alto grado de realismo y el autor nos mantiene atrapados en toda la obra. ¡A disfrutar de la lectura: “La calle en el mar”! 
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