Crónicas sexuales

Por Diego Ayma Ayma
Fuente: Expreso, Lima 26/12/08
http://www.expreso.com.pe/edicion/index.php?option=com_content&task=view&id=40214&Itemid=37

La escritora y periodista limeña, Gabriela Wiener nos da detalles de “Sexografías” (Editorial Planeta), su primer libro de crónicas en clave gonzo.

–¿Cómo nace la idea de reunir tus crónicas sexuales?
Estaba embarcada en otros proyectos cuando recibí la propuesta de la editorial española Melusina, editorial que se caracteriza por publicar sobre todo ensayos y que tiene una colección llamada UHF, donde están mujeres muy cañeras, como las llaman allá, es decir, muy guerreras y provocadoras, como Virginie Despentes, directora de “Viólame” o Beatriz Preciado.

Como ya conocían algunos de mis trabajos, me proponen reunirlos todos, algo que ya me proponía hace mucho tiempo la gente de Etiqueta Negra, pero que nunca se concretaba. Y fue idea mía reunir todas las crónicas que estuvieran alrededor del cuerpo, entonces me di cuenta que tampoco se trataba de una antología de textos aislados o de temáticas aisladas, como que siempre había estado escribiendo sobre lo mismo, realmente una cosa bastante orgánica, que iba “in crescendo” y evolucionando.

–¿Por qué te atrae escribir sobre la sexualidad humana?
Es algo que hago de una manera inconsciente, siempre me han interesado los temas de género, de identidades y de sexualidades. Supongo que viene de una cosa vocacional, desde muy joven siempre he tendido a la narración oral de mis experiencias, y cuando empecé en el periodismo, lo que hacia era periodismo cultural, siempre escribía sobre los demás, sobre los otros, estaba un poco harta, y a veces me preguntaba qué más de interesante tenía esta gente que yo, y fue así cuando se abre ante mí la posibilidad de hacer crónicas.

–Entonces, las crónicas te permitieron ir más allá…
Escribir cosas en primera persona, el tema de estar presente en el texto y a veces ser protagonista, el hecho de hacer periodismo gonzo, de inmersión o de infiltración, esa especie de texto muy interactivo y muy participativo. Me di cuenta que cuando hablo de sexo es imposible no hablar de mi propio cuerpo, en ese sentido mi trabajo siempre es de inmolación, de exposición y de exhibición, porque creo que el sexo tiene estos elementos, y de alguna manera que la otra gente comparta su intimidad conmigo me hace sentir obligada hacerlo también, de devolver esa confianza también compartiendo un poco de mi intimidad.

–¿Qué sientes al presentar un libro como “Sexografías” en una sociedad tan cucufata y conservadora como la nuestra?
Supongo que es fácil, porque inmediatamente te prestan atención: Los que se escandalizan tienen un interés casi obsesivo en este tipo de temas, no es algo que les resulte natural, esto básicamente por una formación católica y represora. En mi caso, tengo esa tendencia exhibicionista, me gusta mirar y me gusta que me miren, que el hecho de escribir un libro así me permite también una especie de comunicación rara con la gente y con los lectores, porque desde hace un tiempo, muchas personas me han agregado al Facebook o Messenger para contactar secretamente conmigo como si yo fuera una especie de consejera sexual, me cuentan si son impotentes o frígidos, de dónde pueden encontrar mujeres como yo que sean así de liberales en el sexo. Hay una necesidad de acceder a ciertos mundos y temas que aún están un poco soterrados aquí.

–¿Y qué cambió en ti luego de escribir estas crónicas sexuales?
Mis textos son básicamente de aprendizaje, hacia el final del libro salgo totalmente renovada y transformada, con menos prejuicios y miedos, descubriendo nuevos placeres, sensibilizada por ciertos temas como la donación de óvulos, y pensando que el porno no es el porno que nos enseñan, sino que el porno también puede producir otro tipo de cosas como la risa; todo eso es un mundo que se me reveló. Mi sexualidad está permanentemente en contraste con las sexualidades que me voy encontrando en el camino, definitivamente terminas experimentando y atreviéndote un poco más.