Luis Gallegos
El Camarada Vicente

Por Feliciano Padilla
Fuente: Los Andes, Puno 12/07/09
http://www.losandes.com.pe/Cultural/20090712/24409.html

El escritor puneño Luis Gallegos Arriola acaba de publicar una más de la saga de biografías noveladas que viene escribiendo últimamente y que él las llama “Historias de la vida real noveladas”, tal como aparecen indicadas en la parte final de este libro donde el autor nos ofrece una relación, tales como: Manuel Z. Camacho y su escuela en Utawilaya, Lorenzo Cotillo y su tiempo, La fiesta de la tía Braulia, El coronel de la espada virgen, Memorias de un profesor, Agonía y muerte de José Salcedo, Los Paredes y la fiesta de las vicuñas y, ahora, El Camarada Vicente.

Jorge Flórez-Áybar en su libro “La novela puneña en siglo XX” da cuenta de 32 novelas escritas en Puno durante esta centuria, donde se incluye la novela “Las plagas y el olvido” de Luis Gallegos. A la fecha, esta cantidad, seguramente ha sido superada. Sin embargo, cabe hacer hincapié sobre un aspecto importante. Se trata de un género muy apreciado en los predios de la literatura: La biografía novelada. El vocablo género lo usamos en su sentido moderno y no en la acepción que le dio Aristóteles hace más de dos mil años.

En la historia de la literatura universal se han escrito una cantidad increíble de esta clase de obras, que articulan los elementos de la novela con la biografía de personalidades del mundo, tanto del ámbito político-social como del literario. Mencionamos unas cuantas para confirmar esta aserción: Del campo político, tenemos las biografías noveladas de Winston Churchill, John F. Kennedy, Gandhi, Lech Walesa, Lenin, el Che Guevara, etcétera. Del ámbito literario se tiene las biografías noveladas de Ernest Hemingway, Gabriel García Márquez, Leon Tolstoi, Pablo Neruda, entre otras. En nuestro país se puede hablar de “La mariscala”, biografía de Francisca de Subiaga, escrita por Abraham Valdelomar; “Aladino”, biografía novelada de José Santos Chocano, escrita por Luis Alberto Sánchez; “Don Manuel”, sobre la vida y obra de Manuel González Prada, publicada por el mismo Luis Alberto Sánchez; las mismas que demuestran la existencia de la biografía novelada como un género más de la literatura.

Para hablar de la obra que nos convoca, haré referencia solo a las biografías noveladas de Luis Gallegos, en tanto que sobre sus cuentos, ya escribí artículos anteriormente: Solo me ratificaría en que Luis Gallegos contribuyó a la narrativa puneña por lo menos con tres grandes aportes:
1) Fue el escritor que desbrozó un camino para la narrativa puneña en una etapa en que la poesía, desde el Grupo Orqopata hasta el Grupo Carlos Oquendo de Amat, había opacado o ensombrecido a la narración. Gallegos tuvo la audacia de enfrentar esa circunstancia histórica con valentía y mucha dedicación.
2) Gallegos trasladó el escenario de las narraciones del campo a la ciudad. Sus personajes ya no son aymaras o quechuas originarios, obligatoriamente, sino personas que viven en la ciudad, que trabajan de funcionarios de la reforma agraria, de secretarias de estas oficinas o de trabajadores informales que hacen esfuerzos por insertarse a una ciudad serrana cada vez más penetrada por la modernidad.
3) Fue el primero en utilizar los racontos, monólogos silentes y otras técnicas contemporáneas en sus narraciones.

Ahora bien, al hablar de sus biografías noveladas debemos destacar que estas nos presentan el perfil psicológico de los personajes en el marco del contexto histórico-social que les tocó vivir. Algunas veces, prevalece un tono serio como en “El camarada Vicente” y, en otras ocasiones, las obras están saturadas de una dosis poco común de humor y erotismo, con cuyos elementos le confiere modernidad a sus obras, en tanto y en cuanto, la novela moderna no puede prescindir del erotismo ni de la ironía. No se olvide que la sexualidad es uno de los aspectos que define la esencia de la condición humana aquí y en cualquier parte del mundo. Si somos honestos debemos reconocer que la sexualidad ocupa un lugar importante de las preocupaciones humanas; sin ella no hay perpetuación de la especie, se rompe la continuidad de los procesos sociales ya que tiene ingerencia, incluso, en las reflexiones filosóficas y los hechos económicos. El componente erótico de las obras de Gallegos es la sexualidad tratada con cierto lirismo, con pasión desenfrenada o con una sorna sarcástica que nos atrapa de manera inapelable, aun contra nuestra voluntad.

Por otra parte, el humor desplegado por Lucho en sus textos literarios es extraordinario. Está presente desde sus cuentos reunidos en varios libros hasta su novela “Las plagas y el olvido” y, en estas biografías noveladas. Luis Gallegos arranca con sus cuentos y sus biografías noveladas una risa franca y abierta del rostro más adusto, del ceño más fruncido. Todos los que escribimos narraciones quisiéramos tener la agudeza y la intensidad de su humor, que en sus escritos aparece como una constante. Y eso está bien para las propias biografías noveladas y, para nosotros, porque nos sirve, por ejemplo, para arrancarnos una risa destemplada o disimulada, o para reducir el estrés y enfrentar con optimismo los problemas cotidianos, así como para optimizar la comunicación entre sus textos y los lectores.

La última obra de Luis Gallegos titulada “El camarada Vicente” tiene un tono serio y, por su atmósfera, es diferente a sus otras biografías noveladas donde el autor se explayaba obsequiándonos mucho humor y erotismo. Probablemente, la vida tan respetable, tan formidable y ejemplar del Dr. Vicente Mendoza Díaz no permitió que el autor utilizara el humor para hacernos reír con algún pasaje de la vida del personaje, y mucho menos con alusiones a exabruptos sexuales. Quizá por esta razón – es mi hipótesis – Gallegos tuvo que utilizar algunos episodios de su propia presencia juvenil en Moho, para revestirlos con cierta dosis de erotismo y humor.

El libro tiene tres capítulos o apartados: “Su tierra”, “El hombre” y “Los caminos”. En el capítulo “Su tierra”, Luis Gallegos nos narra las circunstancias en que él conoce el bellísimo pueblo de Moho, lugar de nacimiento del Dr. Vicente Mendoza Díaz. Luis Gallegos dice trabajar en el Núcleo Escolar Campesino de Huariquisana. Eso es lo que le dice a la señorita Eutimia durante una fiesta ofrecida por los profesores mohoeños, en el Club Social, a todos los visitantes procedentes de varios Núcleos Escolares Campesinos de la zona Sur del Departamento de Puno. En esta fiesta Luis conoce a la hermosa Eutimia, cuya belleza y físico despampanante embelesan al autor, dejándolo locamente enamorado. La joven profesora Eutimia acepta el amor del galán. Y un poco más tarde, por su buena suerte: la muchacha que, quizá se encontrara en sus cinco minutos de debilidad, va a la cama con el narrador y ambos viven una pasión de alto voltaje, que Luis Gallegos nunca olvidará. El mismo autor nos dice: “Con Eutimia acordamos escribirnos cartas para comunicarnos constantemente; yo le escribí seis cartas que nunca tuvieron respuesta. Ella se ha perdido en la distancia, en el tiempo que todo lo cubre y lo esconde…Estos recuerdos los guardo como un invalorable tesoro muy cerca de mi corazón” (“El camarada Vicente”, pág 17). Esa es la tierra del Dr. Mendoza que aparece en este capítulo con toda la belleza de su paisaje y de sus mujeres, con la historia de los padres y hermanos del personaje y, sobre todo, con las reseñas de sus procesos sociopolíticos, entre los que sobresale la revolución de Wancho Lima, acaecida en 1923, la que es narrada desde una perspectiva muy particular, que recusa otras versiones escritas sobre esta historia por diferentes autores.

En el segundo capítulo, titulado “El hombre”, Gallegos convierte a Vicente Mendoza en un narrador que nos cuenta acerca de sus estudios básicos y universitarios, las peripecias de su vida en San Marcos, sus estudios sistemáticos del marxismo-leninismo bajo la dirección de José Carlos Mariátegui y el proceso de fortalecimiento de su condición de comunista convicto y confeso. Agrega un episodio referido a la frustración de un debate político entre dos estudiantes sanmarquinos: Vicente Mendoza y Luis Alberto Sánchez, debido a la inasistencia a la polémica de este último. En este capítulo el Dr. Vicente Mendoza, también, nos relata su retorno a nuestro pueblo, su participación en la fundación del Partido Comunista de Puno y en la organización del Grupo Musical Qantati Ururi de Conima y su matrimonio con la bella dama Adelaida Pineda Achata y el nacimiento de sus hijos Vicente, Vladimir y Sonia.

En el tercer capítulo, el personaje Vicente Mendoza nos relata, a grandes pasos, pero, con gran conocimiento de causa, acerca de procesos revolucionarios que se venían produciendo en todo el mundo. Nos cuenta sobre la revolución mexicana, la revolución china y la historia de La Gran Marcha protagonizada por Mao Tse Tung; acerca de la guerra civil española, la revolución cubana y la acción heroica donde destacan las figuras del Che Guevara y Fidel Castro.

En este capítulo nos habla de la vida político-económica de Puno y, principalmente, de los avatares de la reforma agraria. También están presentes los relatos referidos a la defensa que siempre hizo del campesinado y del trabajador de las ciudades, de su lealtad con las clases explotadas, de su labor de comunista y de las prisiones que sufrió por este motivo, primero en el Frontón y, luego, en el Sepa, lugares terribles de reclusión destinados a los dirigentes populares más peligrosos para la estabilidad del Estado. En otro momento, el Dr. Mendoza Díaz nos ofrece su testimonio acerca de la aparición paulatina de Nikita Krushov que más tarde se convertiría en jefe de Estado y Secretario General del Partido Comunista de la URSS, y en principal causante de la debacle del socialismo en aquel país. No obstante la seriedad de estos hechos, no están ausentes narremas relacionados a los momentos de expansión del espíritu, como su participación en lo carnavales de Puno teniendo como pareja a su amada Adelaida Pineda en el conjunto Unión Puno, donde destacaban prestigiosos músicos y el inolvidable bastonero el “Saya” De La Riva, aparte de la participación de un cantante llamado Feliciano Padilla, que componía y cantaba hermosos huayños en la Unión Puno. Este hecho - debo confesarlo ahora porque mañana puede ser tarde - corresponde a la verdad ya que fui cantante o vocalista de la Unión Puno por mucho tiempo y llegué a grabar con ellos hasta dos discos de larga duración. Añade, luego, los episodios de sus amores con las bellas damas puneñas Maxi e Isabel.

La biografía concluye con el fallecimiento del Dr. Mendoza ocurrido en Arequipa el 29 de abril de 1974. En el momento de su fallecimiento estuvieron presentes algunos familiares y el Dr. Mauro Paredes. Luego, fue trasladado a Puno donde se enterró en el Cementerio de Laykakota, el 01 de mayo (Día Internacional del Proletariado) del mismo año, en medio de una multitud que lo acompañó hasta su última morada, con discursos y expresiones de dolor intenso y sincero.

Lo dije ya, esta es una biografía novelada, una más de las tantas que ha escrito el autor. Por este hecho, Luis Gallegos se constituye en el único escritor puneño dedicado a este género literario. Con sus libros de cuentos, su novela “Las plagas y el olvido” y esta saga de biografías noveladas, Lucho Gallegos viene construyendo nuestra memoria colectiva y forjando desde el campo literario la puneñidad que todos necesitamos para seguir adelante.

Seguramente ciertos críticos –no soy crítico menos mal- encontrarán algunas fallas ortográficas o defectos de sintaxis en la obra de Gallegos. Yo digo: basta de faltarle el respeto a Luis Gallegos Arriola por aspectos tan intrascendentes y pido, por el contrario, que las instituciones culturales y el Municipio de Puno le rindan a Lucho un homenaje en vida. Nosotros los escritores, sus hermanos menores, cuánto aprendimos de él. Lo que estamos haciendo, ahora en narrativa, no es más que la continuación del trabajo realizado por Luis Gallegos durante tantos años.

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