Daniel Amayo Magallanes
La fiesta del cuento

Por Fernado González Vigil
Fuente: El Comercio, Lima 28/11/2011
http://elcomercio.pe/impresa/notas/fiesta-cuento/20111128/1340269

Por una grata coincidencia, este año que estamos celebrando el centenario del nacimiento de José María Arguedas, los tres cuentos ganadores (Copé de Oro, de Plata y de Bronce) de la XVI Bienal de Cuento Premio Copé Internacional, sin duda el concurso literario más importante del Perú, pertenecen a la corriente literaria que cultivó Arguedas: la narrativa de lo real-maravilloso, para decirlo con un término acuñado por el cubano Alejo Carpentier. Es decir, la vertiente creadora que acoge la visión del mundo dominante en gran parte de la población de nuestros países latinoamericanos: mágico-mítica.

En su discurso el día de la premiación, recogido en el hermoso volumen “Ayaymama y los cuentos ganadores y finalistas de la XVI Bienal de Cuento Premio Copé Internacional 2010”, el ganador del primer premio (Copé de Oro), Daniel Amayo Magallanes (Lima, 1980) rinde tributo al magisterio arguediano: “Resulta primordial revalorar aquella literatura oral de la cual se ha nutrido mi cuento y que hoy no está debidamente considerada ni estudiada. La oralidad peruana (costeña, andina y selvática) posee una riqueza de posibilidades infinitas que escritores como Arguedas supieron aprovecharla y darle el sitial que merece” (p. 321).

Precisamente, su cuento se basa en el mito amazónico sobre el pájaro Ayaymama. Existen versiones magistrales de Ciro Alegría (en un pasaje de “El mundo es ancho y ajeno”) y Francisco Izquierdo Ríos, siendo grande el desafío de volver a contar ese relato con un planteamiento narrativo diferente. Lo logra formidablemente Amayo Magallanes, mezclando el presente con el tiempo mítico, en una línea afín a la del gran escritor jaujino Edgardo Rivera Martínez (pensemos, sobre todo, en “Ángel de Ocongate” y “Amaru”).

La creencia en muertos que resucitan, víctimas de una maldición, encuentra un desarrollo originalísimo en el cuento ganador del segundo premio: “El hombre que tenía medio morir” (porque no muere, solo medio muere) de Elmer Heriberto López Guevara (Trujillo, 1963). Y un personaje de “Cien años de soledad” empeñado en tomar un daguerrotipo que capte la imagen de Dios inspira el cuento ganador del tercer premio: “Un alquimista en el Caribe”, de Iván Alfonso Loyola Velarde (Lima, 1961), quien investigando sobre la existencia real de dicho personaje entrevista al mismísimo Gabriel García Márquez.

Además de los notables cuentos ganadores, también ostentan altos méritos los que quedaron finalistas, conformando uno de los volúmenes más admirables desde la primera bienal del Copé. Nos permiten apreciar, conforme es costumbre en el Copé, dado su poder de convocatoria a autores de todos los rincones del país y residentes en el extranjero, la variedad de tendencias creadoras de la actual literatura peruana e hispanoamericana.

Así, tenemos textos en los que reina la imaginación fantástica: aportes de Jesús Manuel Martínez Reyes, César Silva-Santisteban Cubas y Luciano Boudri Miglio, así como un juego metaliterario que borra los límites entre realidad y ficción, en el texto del laureado escritor Luis Freire Sarria, quien hace que el detective Lucas Pen y su creador, el poeta José Watanabe, investiguen contratados por Mario Vargas Llosa.

Pero, igualmente, la opción por el realismo literario caracteriza a Augusto Higa Oshiro (autor de trayectoria relevante, nueva prueba de que el Copé convoca también a nuestros mejores escritores), William Guillén Padilla, Rodrigo Urquiola Flores (boliviano), Fernando Saavedra, Pedro José Llosa, Augusto Flavio Rojas Gasco y Blanca Stella Brunal Soto (colombiana). Y una joya para la literatura infantil: “Cuando llegaron los wayruros” de Gregorio Torres Santillana.

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