“Segunda persona” de Selenco Vega
Por Enrique Planas
Fuente: El Comercio, Lima 03/12/09
http://elcomercio.pe/impresa/notas/familia-nacen-historias/20091203/376540
Premiado por la Cámara Peruana del Libro, el escritor y docente universitario nos entrega una novela sobre crisis familiares, angustias bibliotecarias y definiciones de la identidad sexual.
Este año la Cámara Peruana del Libro entregó, por primera vez, su premio de novela breve. Y no pudo elegir a un candidato mejor: Selenco Vega es uno de nuestros mejores cuentistas menores de 40 años. Poeta, narrador, docente universitario y ex crítico literario por decisión propia, su obra resulta íntima, humana y perturbadora. “Segunda persona” es su novela premiada.
“Segunda persona” es tu primera novela. Para un cuentista, ¿cómo fue el reto de cambiar de género literario?
El libro, al inicio, tenía unas 700 páginas. El proyecto era escribir una novela polifónica, con varios personajes que se conocieran entre sí y que cedieran su voz el uno al otro para ir contando la historia. Cada personaje sería el protagonista de la historia que contara y cada uno escondería un conflicto de identidad, sexual, racial o familiar. Pero no todas las historias funcionaban. Al revisar el manuscrito me di cuenta de que solo una historia fluía…
La honestidad del escritor se impuso a la ambición del crítico literario que quería una novela polifónica…
Podríamos decirlo así. Todo escritor debe ser capaz de aquilatar qué es lo bueno de lo que ha hecho. Sacrificar a los otros cinco personajes fue un golpe muy duro, pero necesario. El problema de identidad sexual de Ernesto, el protagonista de “Segunda persona”, generaba realmente una historia.
Ernesto es un travesti. Como símbolo de esta época ambigua, ¿crees que este personaje sobrepasa el tema de la identidad sexual?
Más que hablar de un travesti te podría decir que es un homosexual. Siendo adolescente, él se viste con las ropas de la madre muerta, con quien guarda un gran parecido físico, y con ello descubre su propia identidad, que llevará de manera culposa por muchos años. A lo largo de la novela, asistimos al momento en que tenga que aceptar lo que es.
El tema familiar siempre ha sido tu preocupación como escritor. ¿Por qué?
Me cuesta salir de ciertos temas. Siento que al explorar otras temáticas no estoy siendo auténtico. Tú sabes cuándo estás conectado a una historia. Con el tema familiar sucede eso. No tengo problemas en mi familia, pero siempre escribo sobre conflictos familiares o relaciones perturbadas como el incesto. Creo que es un asunto de temor a estas historias prohibidas, que le ocurrían a algún primo lejano y que me contaban.
Pareciera que la familia se ha convertido en un tema muy atractivo para los escritores. Pienso en “Missing”, el libro de Alberto Fuguet, sobre la búsqueda de su tío perdido…
Te puedo hablar desde una perspectiva personal: vengo de una familia numerosa, en que ninguno se parece al otro. Una familia, en cierto modo, es un ejemplo, un microcosmos, de una sociedad compleja. No elegimos a nuestros padres ni hermanos. Son personas con las que debes convivir. La familia es un caso de convivencia de diferencias. En cierto modo, siempre he visto a mi familia como una suerte de modelo de lo que luego aprendí en la calle. Como símbolo, una familia puede ejemplificar muy bien problemas sociales mayores: la identidad cultural, el autoritarismo, etc. Regresar a la familia como tema literario es muy rico: puedes hablar de lo que sea a partir de la familia.
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