César Vallejo
César Vallejo: 73 años de aquel día de lluvia en Paris César Vallejo: 73 años de aquel día de lluvia en Paris

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Fuente: La República, Lima 15/04/2011
http://www.larepublica.pe/15-04-2011/cesar-vallejo-73-anos-de-aquel-dia-de-lluvia-en-paris

Hace 73 años, falleció uno de los mejores escritores que ha dado nuestro país y la literatura mundial, César Abraham Vallejo Mendoza, creador de obras imprescindibles como Trilce, Los Heraldos, España aparta de mí este cáliz, entre otros.

Se fue un 15 de abril, como bien lo predijo un día lluvioso en Paris, del que no queda recuerdo en la memoria, porque fue opacado por la brillantez de su talento, que lo hizo conocido y recordado a nivel mundial, al punto que en España hay un curso llamado Vallejología, un análisis exclusivo de su obra.

Nacido en Santiago de Chuco un 16 de marzo de 1892. Vallejo aprendió de muy joven las penurias de la vida,  llegó a Lima para estudiar pero, con 19 años, se desilusiona de la carrera de medicina y regresa a Trujillo a retomar sus estudios de Letras.

En 1917 regresa a Lima y se codea con, lo que en ese tiempo era, la crema y nata de la literatura peruana, Clemente Palma, uno de sus mayores críticos, José María Eguren, Abraham Valdelomar, con quien comienza una gran amistad, y José Carlos Mariátegui.

En 1919 consigue publicar su primer libro de poemas "Los heraldos negros” donde destaca la obra con el mismo nombre, “Hay golpes en la vida tan fuertes…yo no sé, golpes como el odio de Dios, como si la resaca de todo lo vivido, se empozara en el alma…yo no sé”.

La desgracia, quizá lo que más influyó en su obra, regresa a él en 1920, cuando es acusado del incendio y saqueo en una casa en Santiago de Chuco, donde retornó luego de enterarse que su madre había fallecido, y fue llevado a prisión injustamente, durante un año.

En 1922 publica Trilce, para mucho su mejor poema, y que se adelantó al lenguaje literario que luego usaría el chileno Vicente Huidobro en “Altazor”.

Al año decide irse a Europa, a pesar que no tenía dinero, y de ahí no regresaría nunca más, conoció a Henriette Maisse con quien conviviría hasta 1928, año en el que conoció a la mujer que cambiaría su vida Georgette Philippart.

En 1930 viaja a España, debido a que Francia sufría la crisis del crack financiero de 1929, país donde empezaba a hacerse conocido por Trilce, que empezaba ha ser estudiado y criticado muy positivamente.

En ese país, mientras era testigo presencial de la instauración de la segunda república española, publica su obra Tungsteno pero no puede hacer lo mismo con su cuento Paco Yunque, por ser “muy triste”.

En 1933 regresa a París, donde vive en varios lugares debido a que no tenía dinero, en 1937 termina de escribir “España aparte de mí este cáliz” y “Poemas Humanos”.

El 15 de abril de 1938, viernes, no jueves como diría en su poema “Piedra negra sobre piedra blanca”, lluvioso de semana santa, y empezó la leyenda de uno de los mejores escritores que las letras hayan visto.

"He nevado tanto para que duermas", dice el epitafio de Georgette para Vallejo. Para el que redacta, este es el mejor poema escrito por el gran Vallejo:


A mi hermano Miguel

In memoriam


Hermano, hoy estoy en el hoyo de la casa.
Donde nos haces una falta sin fondo
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba: "Pero, hijos..."

Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo.
Por la sala, el zaguán, los corredores.
Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.

Miguel, tú te escondiste
una noche de agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
cae sombra en el alma.

Oye, hermano, no tardes
en salir. ¿Bueno? Puede inquietarse mamá.

 

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