Alfredo Bryce Echenique
Alfredo Bryce, una vida de novela Alfredo Bryce, una vida de novela

Por Pedro Escribano
Fuente: http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20100404/38/node/258979/todos/11

Editan dossier sobre los recuerdos del autor de Un mundo para Julius. El escritor es retratado por cartas de lectores y amigos y álbum de fotografías.

Más de doscientas páginas intentan dar cuenta de la vida “exagedada” de Alfredo Bryce Echenique.  Acaba de aparecer en Lima un libro que rastrea episodios y personajes de su niñez, de su juventud y de su larga trayectoria de escritor, de esa vida, como reza el título de uno de sus libros, de trancas y barrancas.

 

Alfredo Bryce Echenique: una vida de novela (Ed. Aguilar) es el libro que vino a coronar sus 70 años de vida. No se trata de una biografía. Para una vida exagerada sería muy incompleto. Más bien se trata de un dossier, en muchos sentidos celebratorio y de buenos recuerdos (por eso no viene al caso el hecho ante Indecopi que lo sentenció por plagio). No, la ruta de este libro es la de encuentros con sus amigos, con sus lectores y también con sus amigos escritores como Mario Vargas Llosa, Juan Marsé, Julio Ramón Ribeyro, Enrique Vilas-Mata, Alonso Cueto, Fernando Ampuero, Almudenas Grandes, Augusto Monterroso, José Durand Flores, Elsa Arana, Luis B. Eyzaguirre, Giovanna Pollarolo, Joaquín Sabina, Julio Ortega, Luis García Montero y Jorge Herralde, para citar algunos.

Cartas y postales

El libro se abre con una entrevista del periodista y escritor Raúl Tola (cuyas preguntas obligan a Bryce a confesar en mucho lo ya confesado) y se extiende a un interesante epistolario, testimonios de escritores y, finalmente, libros y películas favoritas y un álbum de Alfredo Bryce.

En el epistolario hallamos una joya escrita por el decimista Nicomedes Santa Cruz, y es un retrato de Bryce. Escrito, al parece en un papel de despacho, dice lo siguiente:

“Para Alfredo”.

Limeño mazamorrero,
blanco con alma de zambo,
cunde en Larco y en Malambo,
espíritu aventurero.
Pintarte de cuerpo entero
hace que tu ancestro explique.
De ingleses sin un penique
y vascos sin una pela,
nació para la novela
Alfredo Bryce Echenique”.

Testimonial también resulta la carta entre José Durand Flores, gran garcilacista, y Alfredo Bryce. En ella, entre otras cosas, Durand le comenta Bajo el volcán, novela del escritor británico Malcolm Lowry, diplomático y bebedor de primera.

La carta que le escribe Vargas Llosa (Londres, 13 de diciembre) comenta sobre el suicidio de José María Arguedas, ocurrido en esos días: “A mí también me apenó muchísimo el suicidio de José María. Cuando estuve en Lima no lo vi, pero nos escribimos, y me di cuenta de que la cosa andaba muy mal”. También le comenta la omisión en un artículo de Le Monde a Arguedas y Julio Ramón Ribeyro, y que uno de sus libros acababa de aparecer en francés. “Pero el ‘periodismo’ es eso, y mejor es reírse. Algún día te mostraré un primoroso recorte del Diario de la tarde, de Caracas, cuyo título es: ‘Vargas Llosa y la trata de blancas en París’”, le cuenta.

Westphalen y Ribeyro

El libro también recoge una misiva (mayo de 1981) de Emilio Adolfo Westphalen, quien lamenta que se haya extraviado un ejemplar de su libro que envió a Bryce. Además le dice que ya no puede viajar a recordar su estancia en París. “Pero ahora estoy viejo y cada vez me cuesta más moverme. Más bien te tocaría a ti visitarme”.

Augusto Monterroso, entre otras cosas, le escribe sobre los artículos suyos que Bryce perdió: “No te pido disculpas por la pérdida de los artículos porque, ¿qué podía esperarse si tú perdiste un libro inédito de cuentos? (...) Un gran abrazo”. Monterroso alude a los originales de Huerto cerrado.

Julio Ramón Ribeyro le narra en carta de París, 1977, la situación de Lima y de sus faenas para sobrevivir escribiendo guiones: “Trabajo puramente alimentario, por el cual me pagarán algunos dólares, bienvenidos, en esta etapa de crisis general”.

Pero quizá lo que resume mejor la relación de Bryce y sus lectores son  las cartas  de esa lectora de Tenerife que quiere comprar todos los ejemplares de La vida exagerada de Martín Romaña para regalarle a todo el mundo. O de aquella lectora anónima peruana que le escribe:  “Si algún día vienes a Lima y ves que en algún paredón alguien ha escrito en letras grandotas ME MUERO POR MARTIN ROMAÑA, puedes estar seguro que ese alguien soy yo”.

 

El dato

Libro. Alfredo Bryce Echenique. Una vida de novela. Editorial Aguilar. Tiene 222 páginas en papel couché. Reúne entrevista, cartas, testimonios y álbum.

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