Alonso Cueto
Alonso Cueto y La hora azul Alonso Cueto y La hora azul

Por Javier Agreda
Fuente: La República, Lima 07/01/06

Con más de una decena de libros publicados, el narrador Alonso Cueto alcanza su consagración internacional con "La hora azul". La novela obtuvo en España el Premio Herralde 2005.
 

Alonso Cueto ha definido su novela La hora azul como "un cuento de hadas al revés", pues en ella el protagonista, Adrián Ormache, exitoso abogado limeño con una vida bastante superficial y frívola, tiene súbitamente que enfrentar las consecuencias de las atrocidades cometidas por su padre, militar responsable de un cuartel en Ayacucho a mediados de los 80. Ese oscuro pasado se personifica en Miriam, adolescente que sin ningún motivo fue hecha prisionera y violada por el uniformado. La búsqueda, el encuentro y lo que sucede entre Adrián y Miriam son el eje de una historia llena de intrigas, secreto y giros inesperados.

El dinamismo de una trama con muchos elementos del relato policial se conjuga con la variedad y diversidad de personajes (limeños y provincianos) y el valor testimonial de la historia, basada en un caso real. Con ese material Cueto pudo haber hecho una novela interesante y que además se constituyera tanto en un amplio retrato de la sociedad peruana como en una valiosa reflexión sobre la violencia política y su consecuencia en nuestra vida cotidiana. Y aunque el premio ganado por La hora azul en España parece indicar que esas cosas se lograron, como lectores peruanos no podemos ocultar cierta decepción.

El principal problema de la novela es el exceso de descripciones, la tentación "costumbrista" siempre presente en la narrativa peruana. Cueto, en su afán de señalar las diferencias de clase entre los personajes, nos los describe detalladamente tanto en su aspecto físico, sus gustos y modales, como en los espacios en los que se desenvuelven. Así, la terrible brecha social queda reducida a oposiciones whisky-cerveza, servilletas-palillos de dientes, pisos alfombrados o de cemento. Por si eso fuera poco, los extensos diálogos apelan constantemente a muletillas y lugares comunes: "El pata ese Chacho está que almuerza con la señora... en mi delantito se lo dio".

Desborde costumbrista

En ese desborde costumbrista, los testimonios sobre los aspectos más terribles de la violencia van quedando postergados. El relato de las torturas realizadas en el cuartel ayacuchano ocupa menos de una página; y la relación entre Miriam y el comandante Ormache nunca es descrita, ni siquiera se nos dice cuánto duró (¿días?, ¿meses?). Los importantes temas planteados tampoco alcanzan el desarrollo esperado, principalmente porque el autor da prioridad a lo emotivo sobre lo reflexivo.

No obstante estos reparos, hay que reconocer que Cueto es uno de los autores que con más responsabilidad y rigor trata de acercarse al difícil tema de la violencia política de las décadas pasadas.

Mientras algunos escritores limeños comienzan recién ahora a abordarlo -con la superficialidad y efectismo de toda moda literaria-, Cueto viene trabajándolo desde Pálido cielo (1998). Ya en Grandes miradas (2003) logró resultados valiosos a partir de la documentación e investigación sobre historias reales aunque poco conocidas. La hora azul ratifica los logros de aquella novela, a la vez que ha significado la llegada del merecido reconocimiento internacional para su autor.

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