Juan Carlos Silva
"He logrado ganarme la vida con el dibujo"

Por José Gabriel Chueca
Fuente: Peru21, Lima 01/03/07

Es un obrero del dibujo -trabaja para diarios y editoriales y vive de eso-, pero Juan Carlos Silva se ha dado tiempo de publicar una voluminosa reunión de su trabajo titulada El origen de los incas y, recientemente, Incari-Incarri, interesante compilación de trabajos peruanos sobre los incas.
 

"Yo estudié Sociología pero, paralelamente, empecé a trabajar como dibujante a los 18 años. He aprendido consultando libros y conversando con amigos. Mi estilo es clásico. Crecí viendo revistas de los años 70 y 80. En el Perú siempre me gustó el estilo de Juan Osorio y el de Javier Flores del Águila, que hacía Selva misteriosa. Me gustaba ese tipo de dibujo, pero con el tiempo tuve que entrar al humor también y a hacer ilustraciones para libros educativos", cuenta Juan Carlos Silva.

¿En dónde ha dibujado?
Empecé en diarios populares, en 1994. E hice ilustración en el Club Nasca.

El Club Nasca es un hito dentro de la historieta nacional.
Ahí se juntaban dibujantes y coleccionistas de revistas. Yo me enteré de ellos a comienzos de los 90. En el club yo hice varios amigos que ahora dibujan en medios.

¿Dónde empezó a dibujar?
En una revista que se llamaba A más seguridad, menos riesgo. Era sobre armas. La verdad no entendía muy bien qué hacía ahí. Después entré a una editorial donde me pedían un tipo de dibujo serio que descubrí que me salía bien. Trabajé en Navarrete un tiempo. Después trabajé para Santillana. Luego entré a medios. Caí en El Polvorín, un diario que duró siete meses. Luego entré a El Mañanero, donde había otros dibujantes. Ahí pasé al tema del humor.

Usted estaba empeñado en dibujar.
Siempre. Toda la vida he trabajado como dibujante. Solo lo dejé cuando hice mis prácticas profesionales en Pronaa Callao.

¿Actualmente qué hace?
Soy ilustrador en una editorial.

¿Y no pensaba en su propia obra?
Tengo entendido que todo dibujante tiene que tener práctica, y eso representa pasar por varios sitios. Yo he pasado por diarios populares, editoriales, etc., y eso me ha dado confianza para crear mis propias cosas, lo cual de hecho es más apasionante. En algún momento me di tiempo para hacer mi historieta El origen de los incas. También me invitaron a algunas revistas, como Carboncito, Perucho Art y Kingdom, que era informativa sobre cómic. Ellos convocaron a una exposición y me invitaron.

El origen de los incas es una recopilación de su trabajo. Es un volumen bien grande. ¿Cómo se animó a una inversión así?
Quería algo chico al comienzo, pero me di cuenta de que tenía más material. Yo había publicado muchas cosas, pero lo que se publica en periódicos se pierde con los días, y lo que uno publica en un libro queda. Entonces decidí hacerlo. Mi libro está registrado en la Biblioteca Nacional, con el ISBN. Parece que fui el primero...

¿A qué se refiere?
A que fui el primero al que la Biblioteca Nacional le reconoce un ISBN. No es que yo fuera el primeo en publicar historietas, pero, otros dibujantes no tienen ISBN. Les dije a los de la biblioteca que el mío tenía tanto derecho a estar ahí como cualquier libro. Tuve que llevarles libros de Argentina y Estados Unidos con ISBN para que vieran que se podía, porque es un registro mundial. Por eso me aceptaron.

Increíble. ¿La edición fue costosa?
Sí. Dibujando no se gana mucho. Es poca la gente que reconoce lo que uno vale. Pero encontré unos buenos trabajos que me permitieron hacer la inversión y que también me permitieron estudiar otras cosas. El libro me salió más caro de lo que pensaba. Pero ha sido una satisfacción poder vivir gracias al dibujo.

En realidad, era una locura.
Eso me dijeron. También dijeron que debía tener una carrera para publicar. Pero pensé que no tenía por qué esperar tanto. Tengo metas. Y si es un error, igual se podrá ver mi evolución.

Cuénteme del segundo libro, Incari-Incarri.
Es una adaptación de un libro aprobado por el Concytec, Origen y fundación de los imperios incas en el Perú y Brasil, con cuyo autor, Juan Loza Bonifaz, trabajé un tiempo. Se supone que íbamos a sacar una historieta al respecto, pero el proyecto se estancó y yo lo hice por mi cuenta. Hice la historieta, que es breve, y la puse en el libro. Pero quise dedicar todo el volumen al tema inca; entonces, la segunda parte es una galería de ilustradores peruanos que abordan el tema inca.

¿A quiénes convocó?
No están todos, pero busqué a muchos y les pedí su colaboración. Colaboraron conmigo Dionisio Torres, Baldoceda, Jorge Luis Ramos, Wilmer Fashé, Sampietri, Osito, Monki, Javier Flores del Águila y otros dibujantes. Hay una dibujante de Ica, Vania Salcedo, que publica fanzines, y está César Aguilar -el Chilliqo, del Cusco-. Cada uno dibuja a su estilo. También conocí a Pablo Marcos, un dibujante peruano que ha hecho una gran carrera en Estados Unidos. En una revista virtual argentina, Sonaste Maneco, le han dedicado bastante espacio a mi libro.
 

Autoficha

Nací en Lima, en el año 1972. Somos cuatro hermanos, soy el segundo. Crecí y todavía vivo en el Centro de Lima. Estudié en el externado Santo Toribio. Mi papá era abogado -ya falleció-, y él siempre nos incentivaba a mi hermano y a mí a que dibujáramos. De profesión soy sociólogo, estudié en la Universidad Garcilaso de la Vega; también seguí la carrera técnica de comunicación audiovisual. Yo trabajo como ilustrador y dibujante. Estoy casado, mi esposa se llama Edith Pimentel, y juntos nos encargamos de que nuestro hijo, Kenneth, de cinco años, crezca bien.

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