Maestro de la crónica

Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 10/06/08
http://www.expreso.com.pe/edicion/index.php?option=com_content&task=view&id;= 26852&Itemid=37

No ha pasado mucho tiempo de la muerte del poeta Alejandro Romualdo para que nuevamente las letras peruanas se vean enlutadas. Ahora nos ha dejado el maestro de la crónica Jorge Salazar, “Coco” de cariño para muchos que lo conocimos en diversas redacciones, en bares o en aulas universitarias. En mi caso, en dos entrevistas que le hice.

Don “Coco” Salazar era una de las plumas más respetadas del medio periodístico, tanto por sus amigos y enemigos, que los tuvo como todo buen periodista que se jacte de serlo. Aunque tuvo más amistades que otra cosa; ya que era una persona que se hacía querer por sus consejos sinceros, crudos y directos, los cuales escasean en estos tiempos.

Hace mucho que lo aquejaban diversas dolencias y recientemente tuvo que ser internado de emergencia por una insuficiencia cardíaca en el Hospital Loayza de Lima. Fue intervenido quirúrgicamente dos veces por sus problemas cardíacos: hace cuatro años y nuevamente hace unos meses. Salazar supo ser fuerte hasta donde su cuerpo se lo permitió, pero no siempre iba a aguantar. Su corazón lo traicionó el domingo por la noche, llenando de pena a quienes lo conocimos.

Fue de aquellos periodistas que se rajaba en la calle para conseguir la primicia, el dato preciso y la esencia misma de lo que quería narrarnos en sus crónicas policíacas, deportivas o gastronómicas, entre otras. No como muchos de los periodistas de ahora que normalmente sólo esperan la información sentados en las redacciones. Don “Coco” pertenecía a esa estirpe, casi en extinción, que sí respiraba y vivía la noticia día a día.

Larga trayectoria

Incansable trotamundos, Salazar trabajó en diversos países europeos (España, Alemania, Inglaterra y Francia) y en las publicaciones nacionales Caretas, El Comercio, La República, La Crónica y Expreso, su casa de siempre en la que colaboró en esta sección cultural, en el suplemento Estampa y en el que tuvo una de las primeras columnas de gastronomía del país: “Punto y coma”. También fue catedrático e investigador en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad de San Martín de Porres, en la cual enseñó siempre a sus alumnos que la investigación es “la única manera de conocer las verdades plenamente”.

Para quienes no conocen mucho de su trabajo como escritor, contaré que Salazar publicó "Una visión del Perú" (1969), ensayo con el que ganó el Premio De Gius de los Países Bajos. En 1980 ganó el premio Casa de las Américas gracias a su novela “La ópera de los fantasmas”. Además, también escribió “Poggi: la verdad del caso” (1987), “La medianoche del japonés” (1992), “Los papeles de Damasco” (2006), y “La sangre derramada” (2007) entre otros. En el 2006 le fue otorgado el Gourmand World Cookbook Awards por su obra “Crónicas gastronómicas” (2005), un festín literario que todos deberían gozar.