El turno de Santiago

Por Giancarlo Stagnaro
Fuente: El Peruano, lima 28/02/06

Joven narrador peruano afincado en España obtiene Premio Alfaguara de Novela.
 

La trama de Abril rojo, última entrega de Santiago Roncagliolo, se enmarca en el mismo escenario donde ocurrieron los sucesos de violencia más impactantes en la historia reciente del Perú.

Su rostro todavía no muestra las señas del entusiasmo o el pudor de la modestia. Aún con la incredulidad a cuestas, Santiago Roncagliolo es acosado a preguntas, teleconferencia mediante, desde Madrid, Miami, México, Bogotá, Lima, Santiago y Buenos Aires. Un continente entero quiere escuchar la palabra de este joven y exitoso narrador que poco a poco se labra un nombre en la literatura latinoamericana. Y no es para menos: Santiago Roncagliolo acaba de obtener el Premio Alfaguara de Novela 2006.

El nombre: Abril rojo. La trama: en Ayacucho, poco antes de la Semana Santa del año 2000, el fiscal Félix Chacaltana se enfrenta a la investigación de un terrible asesinato cuya posible autoría recae en Sendero Luminoso. Sin embargo, los involucrados en el caso caen uno a uno. Chacaltana debe acercarse a los irregulares métodos de la Policía y el Ejército para adentrarse en la verdad, lo cual le granjeará convertirse en un extraño para todos y para sí mismo.

El jurado del concurso lo integraron destacados escritores como la mexicana Ángeles Mastretta (presidenta); los españoles Isabel Coixet, Juan González, J.A. Masoliver Ródenas y Carme Riera; el colombiano Antonio Caballero y el peruano Fernando Iwasaki. El fallo destacó "la eficacia expresiva, la fuerza dramática y la originalidad en el tratamiento de un tema político con las peripecias de una novela negra que arrastra y conmueve al lector desde la primera página". Roncagliolo afirma haberse documentado para realizar esta novela. Asimismo, se ha entrevistado con terroristas y militares, "personas que habían matado a otras personas".

"Para mí lo más chocante fue descubrir no a psicópatas, sino a gente que tenía razones para hacer lo que hacía y podía sentirse que la muerte era la mejor solución. Esta novela implica una reflexión sobre la espiral de estas ideas. Cuando un bando exige justicia social o muerte y el otro exige orden o muerte, lo que suele ocurrir es que se produce muchísima muerte y ninguna justicia ni ningún orden", sostiene.

También la novela fue pretexto para ejercer los recuerdos de aquellos difíciles años. "Crecí en una guerra de la que nadie hablaba en el Perú. La novela trata de rasgar este silencio, de cosas que no queremos ver y pensar. Por ello, quiero que el lector se sumerja, penetre y viva estos escenarios de un modo más vivencial."